El techo del icónico club nocturno Jet Set en Santo Domingo, República Dominicana, colapsó anoche durante un concierto del reconocido cantante de merengue Rubby Pérez. El derrumbe, que ocurrió cerca de la medianoche, dejó al menos 66 personas muertas y más de 160 heridas, según informaron las autoridades.
La tragedia ocurrió mientras cientos de personas disfrutaban del show, al que asistieron políticos, atletas y personalidades del medio artístico. De un momento a otro, el techo del local —de un solo piso— se vino abajo. Según testigos, el colapso fue repentino, generando escenas de pánico y confusión. Enrique Paulino, mánager de Rubby Pérez, relató: “Pensé que era un terremoto. Me arrojé a una esquina y logré sobrevivir”.
Rubby Pérez fue reportado como desaparecido por varias horas. Aunque su familia aseguró que había sido rescatado, el director del Centro de Operaciones de Emergencia, Juan Manuel Méndez, desmintió esa información y confirmó que los rescatistas continuaban buscándolo entre los escombros.
Los equipos de emergencia trabajaron incansablemente durante toda la jornada para hallar sobrevivientes. Doce horas después del colapso, aún se escuchaban golpes bajo los restos del techo, y los socorristas priorizaban tres áreas donde se creía que podía haber personas con vida. Con sierras y palancas, removían bloques de concreto bajo un fuerte operativo que incluía ambulancias y morgues improvisadas.
Entre los fallecidos se encuentran Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia de Montecristi y hermana del exjugador de béisbol de las Grandes Ligas, Nelson Cruz. La primera dama, Raquel Abraje, reveló que Cruz logró llamar al presidente Luis Abinader tras el colapso para avisar que estaba atrapada. Lamentablemente, murió en el hospital horas más tarde.
También perdieron la vida el expitcher de Grandes Ligas Octavio Dotel —quien fue inicialmente rescatado— y el beisbolista Tony Enrique Blanco Cabrera. El legislador Bray Vargas figura entre los heridos.
El presidente Abinader acudió al lugar de la tragedia, se abrazó con familiares de las víctimas y declaró que todas las agencias del gobierno estaban trabajando “incansablemente” en las labores de rescate. “Tenemos fe en Dios de que aún encontraremos a más personas con vida”, afirmó.
En hospitales y centros de emergencia, familiares se agolpaban para recibir noticias de sus seres queridos. Algunos esperaban afuera del club con la esperanza de que sus hijos, hermanos o amigos estuvieran entre los sobrevivientes. “Estoy esperando. Sé que ella está ahí adentro”, decía Massiel Cuevas, madrina de una joven de 22 años.
El motivo del colapso aún no ha sido esclarecido. Las autoridades han iniciado una investigación para determinar si hubo negligencia o fallos estructurales. El club Jet Set, famoso por sus fiestas de los lunes, emitió un comunicado expresando su dolor por la pérdida de vidas y asegurando que colaborará con las autoridades.
La fiscal Rosalba Ramos indicó que, aunque es comprensible que todos quieran respuestas, la prioridad en este momento sigue siendo salvar vidas. Mientras tanto, se habilitaron centros de donación de sangre y se instaló una morgue temporal cerca del lugar de los hechos. (RI/AG/IP/)
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