
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió con honores a los jugadores de los Dodgers de Los Ángeles, entre ellos Shohei Ohtani, durante una visita oficial realizada hoy a la Casa Blanca. La delegación del equipo, que se coronó campeón de la Serie Mundial la temporada pasada, acudió al encuentro como parte de un acto de celebración por su histórica victoria.
El lanzador y bateador japonés Shohei Ohtani, de 30 años, se convirtió en la gran figura del evento. Vestido con un elegante traje negro y corbata, Ohtani se ubicó entre sus compañeros Mookie Betts y Clayton Kershaw. Al llegar, fue recibido con vítores y aplausos por los asistentes, quienes coreaban su nombre y grababan la escena con sus teléfonos móviles. El ambiente estaba cargado de entusiasmo y orgullo.
Trump no escatimó elogios al referirse al astro japonés. En su discurso, resaltó sus logros durante la temporada pasada, en especial el ingreso de Ohtani al exclusivo “Club 50-50”, al haber conectado 54 jonrones y robado 59 bases, una hazaña que no tiene precedentes en los 149 años de historia de las Grandes Ligas.
“Ohtani rompió todos los récords. Piensen en eso: todos. Además, luce como una estrella de cine”, dijo Trump, arrancando risas entre los presentes.
RECONOCIMIENTO A UNA FIGURA «LEGENDARIA»
El mandatario describió la temporada de Ohtani como “legendaria” y aseguró que lo siguió con mucha atención. Subrayó que no solo fue nombrado MVP unánime de la Liga Nacional, sino que también logró estadísticas que ningún jugador había conseguido antes.
“40-40 ya es impresionante. Pero él hizo 54-59. Es realmente increíble. Algo que nadie ha logrado antes. Shohei está mejorando cada vez más, y eso es algo que asusta a muchos en el béisbol”, declaró Trump.
También recordó un juego en particular que calificó como posiblemente el mejor en la historia del béisbol. Se refería al partido del 19 de septiembre de 2024 contra los Marlins, donde Ohtani se fue de 6-6 al bate, incluyendo 3 jonrones, 10 carreras impulsadas y 2 bases robadas. Trump lo describió como un espectáculo “premium”, algo que pocas veces se ve en el deporte profesional.
El equipo de los Dodgers estuvo representado por varios de sus jugadores más destacados, incluyendo al manager Dave Roberts, así como a Yoshinobu Yamamoto, otro japonés que ha causado impacto. También asistió Mookie Betts, quien en 2018 ganó la Serie Mundial con los Red Sox pero no participó en la visita de su equipo campeón en aquel entonces.
Por otra parte, el MVP de la última Serie Mundial, Freddie Freeman, no pudo asistir debido a una lesión en el tobillo que lo mantiene fuera de competencia. Otros nuevos integrantes del equipo como Snell, Conforto, Scott y Sasaki también estuvieron ausentes. (RI/AG/IP/)
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