El Departamento de Investigación Criminal de la Policía Metropolitana de Tokio envió a la fiscalía a dos dentistas bajo sospecha de negligencia profesional con resultado de muerte. Los hechos ocurrieron en la clínica dental «Eto Dental», ubicada en Nishi-Shinjuku, Tokio, donde en noviembre de 2019 una paciente falleció después de recibir una dosis de sedantes.
Los acusados son un hombre de 71 años, quien en ese momento era el director de la clínica, y una mujer de 53 años, la odontóloga encargada del procedimiento. Según la investigación, el 13 de noviembre de 2019, la paciente, una mujer de 57 años residente en Kawasaki, acudió a la clínica para un tratamiento contra la caries dental. Durante el procedimiento, el director de la clínica administró un sedante intravenoso, y la odontóloga procedió con el tratamiento.
No obstante, después de la intervención, la paciente, que aún estaba bajo los efectos del sedante, fue dejada sola en la silla de tratamiento sin la supervisión médica necesaria. Aproximadamente 10 minutos después, la odontóloga regresó y notó que el color del rostro de la mujer había cambiado. La paciente fue trasladada de urgencia a un hospital, donde falleció el 14 de noviembre debido a encefalopatía hipóxica, una condición causada por la falta de oxígeno en el cerebro.
La clínica «Eto Dental» era conocida por utilizar la técnica de sedación intravenosa en lugar de aplicar anestesia local. Este procedimiento se empleaba para reducir la ansiedad y el miedo de los pacientes durante los tratamientos dentales.
Según las investigaciones, el día del incidente se administraron aproximadamente 30 miligramos del sedante a la paciente. Sin embargo, la dosis considerada segura para un adulto suele ser de hasta 5 miligramos. Durante el interrogatorio, el exdirector de la clínica admitió que en ocasiones anteriores había administrado la misma cantidad de sedante a la paciente sin observar efectos adversos. También confesó que no monitoreó signos vitales como la presión arterial o el pulso y que no ordenó al personal supervisar su estado después del tratamiento. Por su parte, la odontóloga afirmó que no recibió indicaciones para vigilar el estado de la paciente.
Además, se descubrió que en 2017 la misma clínica ya había enfrentado un incidente similar, cuando otro paciente sufrió complicaciones respiratorias tras recibir sedantes y tuvo que ser trasladado de emergencia a un hospital. Ante estos antecedentes, la Policía Metropolitana de Tokio determinó que ambos dentistas eran conscientes de los riesgos de la sedación y aun así descuidaron la observación de la paciente, lo que llevó a su muerte.
La clínica «Eto Dental» cerró en marzo de 2023, años después del incidente fatal. La fiscalía decidirá si presenta cargos formales contra los dos odontólogos involucrados. (RI/AG/IP/)
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