
El Tribunal de Distrito de Fukuoka dictó hoy una sentencia de 30 años de prisión para Michio Honda (66), dueño de una tienda de mascotas, por amenazar y agredir sexualmente a varias empleadas durante un período de cinco años.
Según la sentencia, Honda, residente de Itoshima, sometió a seis mujeres de entre 20 y 30 años a agresiones sexuales en la tienda de mascotas que administraba entre 2017 y 2022.
El tribunal determinó que el acusado abusó de su posición de poder, amedrentando a las trabajadoras y dejándolas en una situación en la que no podían oponerse, para luego agredirlas de manera reiterada.
UN CASO DE EXTREMADA GRAVEDAD
El juez Hiroto Imaizumi, al dictar la sentencia, describió el caso como «de una maldad sin precedentes», señalando que Honda convirtió su empresa en un espacio de abuso, donde ejercía control sobre sus empleadas a través del miedo y la manipulación.
«Usó el miedo para someter a las víctimas y repetir los abusos con una constancia impactante. No ha mostrado remordimiento ni ha reconocido la gravedad de sus actos. Reducir la sentencia por debajo del máximo permitido no sería apropiado», declaró el magistrado.
Con estas palabras, el tribunal rechazó cualquier posibilidad de reducción de condena y confirmó la pena máxima de 30 años de prisión, tal como había solicitado la fiscalía.
HONDA ALEGÓ INOCENCIA
Durante el juicio, el acusado negó las acusaciones, alegando que nunca amenazó ni forzó a las víctimas y asegurando que las relaciones fueron consentidas.
Su defensa argumentó que las mujeres «mantenían una relación cercana con él y no estaban en una situación de indefensión», solicitando la absolución.
Sin embargo, el tribunal rechazó su testimonio, determinando que las pruebas y los testimonios de las víctimas confirmaban los actos de violencia y coerción.
UN JUICIO CON ALTO INTERÉS PÚBLICO
La audiencia de sentencia atrajo gran atención pública, con todas las 48 butacas de la sala del tribunal ocupadas y muchas personas quedándose sin la posibilidad de presenciar el fallo.
Antes de anunciar la sentencia, el juez Imaizumi hizo una pregunta poco habitual al acusado: «¿Tiene algo que decir antes de que se dicte la sentencia?»
Honda respondió: «No amenacé ni atemoricé a nadie. No tengo idea de por qué me están acusando de esto».
A pesar de su insistencia en la inocencia, el tribunal concluyó que su comportamiento representaba un caso de abuso de poder extremo y premeditado, dictando la pena más severa posible. (RI/AG/IP/)
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