La tradicional ceremonia de Año Nuevo se llevó a cabo hoy en el Palacio Imperial de Tokio, marcando el regreso del evento después de dos años de interrupciones. Miles de personas acudieron para saludar al emperador Naruhito, quien apareció junto a la emperatriz Masako y otros miembros de la familia imperial en el balcón del Palacio.
La celebración, conocida como Ippan Sanga (saludo público de Año Nuevo), había sido suspendida el año pasado debido al terremoto en la península de Noto, ocurrido el 1 de enero, y en 2023 por las restricciones de la pandemia de la COVID-19.
En su discurso, el Emperador expresó su alegría por celebrar el comienzo del año junto al público, pero también recordó los desastres naturales que afectaron al país el año pasado. «Me complace celebrar el Año Nuevo junto a ustedes. Sin embargo, mi corazón está con aquellos que aún enfrentan dificultades debido al terremoto en la península de Noto y a las fuertes lluvias que afectaron diversas regiones. Al inicio de este año, rezo por la felicidad de nuestro país y del mundo», declaró.
PRESENCIA DE LA FAMILIA IMPERIAL
La ceremonia contó con la participación de la emperatriz Masako, la princesa Aiko, los príncipes Akishino y su hija menor, la princesa Kako, entre otros miembros de la familia imperial. Sin embargo, el príncipe Hisahito, quien alcanzó la mayoría de edad el pasado septiembre, no asistió debido a sus compromisos académicos y a la postergación de su ceremonia oficial de mayoría de edad.
Algunos miembros de la familia imperial, como los príncipes Hitachi, se ausentaron por motivos de salud, mientras que las casas de los príncipes Mikasa y Takamado no participaron debido al reciente fallecimiento de la princesa Yuriko.
Con la eliminación de las restricciones de entrada, la ceremonia de este año atrajo a una multitud sin precedentes desde 2019. Según las autoridades del Palacio Imperial, más de 14.600 personas habían formado fila antes de la apertura de las puertas a las 9:30 de la mañana.
El regreso de esta celebración tradicional simboliza un paso hacia la normalidad en Japón, a la vez que refleja el profundo vínculo entre la familia imperial y la población japonesa. (RI/AG/International Press)
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