La inflación mensual en Argentina se desaceleró al 2,4 % en noviembre, la cifra más baja registrada en los últimos cuatro años. Este descenso alimenta la esperanza cautelosa de que lo peor de la crisis económica podría haber quedado atrás.
Bajo la gestión del presidente libertario Javier Milei, el país sudamericano ha implementado estrictas políticas de austeridad. La cifra mensual de inflación estuvo significativamente por debajo de las previsiones del 2,8 % y del 2,7 % registrado el mes anterior.
En términos interanuales, la inflación también mostró una notable disminución, pasando del 193 % al 166 %. Entre los sectores con mayores aumentos mensuales destacan la educación, los alquileres, los servicios públicos, el tabaco y el alcohol. En contraste, los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas fueron los que crecieron a un ritmo más moderado.
El ministro de Economía, Luis Caputo, señaló que esta tasa de inflación es la más baja desde julio de 2020. Asimismo, indicó que este avance acerca al país a implementar una devaluación controlada del peso de solo el 1 % mensual, en lugar del actual 2 %.
Argentina sigue enfrentándose a serios desafíos económicos, como las bajas reservas de divisas, los controles de capital y una tasa de pobreza que afecta al 50 % de la población. Sin embargo, la reducción del gasto público impulsada por Milei ha comenzado a abordar los profundos déficits fiscales del país.
En los mercados internacionales, los inversores han moderado sus expectativas de una posible cesación de pagos. Los planes de Milei para transformar la segunda economía más grande de América del Sur parecen haber ganado la confianza de los mercados de bonos. (RI/AG/IP/)
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