A partir del 2 de diciembre de 2024, Japón iniciará la transición al sistema de la tarjeta MyNumber como reemplazo del tradicional seguro médico. A partir de esta fecha, el gobierno detendrá la emisión de nuevas tarjetas de seguro médico convencionales, y los ciudadanos deberán utilizar la tarjeta vinculada a MyNumber para acceder a los servicios de salud. Aunque las tarjetas tradicionales seguirán siendo válidas durante un año más, la nueva modalidad busca digitalizar y agilizar la gestión de la atención médica.
Una de las principales ventajas de este sistema es la prescripción electrónica, que permite compartir de inmediato las recetas médicas entre médicos y farmacias, reduciendo los riesgos de errores como la duplicación de medicamentos.
Además, se espera que esta mejora también disminuya los costos asociados con la prescripción innecesaria de fármacos, aunque por el momento los pacientes seguirán usando el tradicional «libro de medicamentos» debido a que la digitalización aún no está completamente extendida.
La prescripción electrónica también simplificará los procesos para las farmacias, al reducir los tiempos de entrada de datos y ofrecer la posibilidad de recibir ingresos adicionales por el uso del sistema. Además, mejorará el acceso a la atención médica en zonas rurales, ya que los pacientes podrán realizar consultas en línea y recibir los medicamentos en farmacias cercanas o incluso en sus hogares, según los servicios disponibles.
En situaciones de desastre, el sistema de prescripción electrónica será útil, ya que los pacientes podrán acceder a sus recetas a través de la aplicación móvil MyNumber, facilitando la entrega de medicamentos. Este sistema ya se utilizó en el terremoto de la península de Noto en 2024, permitiendo que se brindara tratamiento en las zonas afectadas.
A pesar de sus ventajas, la implementación del nuevo sistema enfrenta varios desafíos, siendo el costo uno de los más significativos. Según las estimaciones del gobierno, los hospitales más grandes necesitarán aproximadamente 4 millones de yenes para adoptar la tecnología, mientras que las farmacias y centros médicos más pequeños deberán destinar entre 400,000 yenes y 3 millones de yenes. El gobierno ofrece subsidios para ayudar a cubrir estos costos iniciales, aunque no contempla financiamiento para el mantenimiento y actualización de los sistemas a largo plazo.
Por otro lado, la adopción de la prescripción electrónica ha sido más lenta de lo esperado. Actualmente, solo el 18.9% de las instituciones médicas y farmacias utilizan esta tecnología. (International Press)
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