El alcalde de la ciudad de Nanjo, Keishun Koja, se presentó ante los medios tras ser formalmente imputado por la policía de Okinawa bajo sospecha de acoso sexual contra su ex chofer. En una rueda de prensa celebrada en el ayuntamiento, Koja negó rotundamente las acusaciones y afirmó que demostrará su inocencia. El encuentro con los periodistas duró apenas seis minutos, tiempo suficiente para que el alcalde reiterara su intención de continuar en el cargo y rechace cualquier posibilidad de dimisión.
El caso, que involucra a una mujer que anteriormente trabajaba como conductora del alcalde, se remonta a diciembre de 2022, cuando se alegó que Koja cometió actos de acoso sexual en un vehículo oficial. La policía de Okinawa presentó el pasado 5 de noviembre el caso ante la fiscalía, con recomendaciones para un juicio, aunque Koja sigue defendiendo su inocencia.
En su declaración, Koja subrayó que los hechos sucedieron de manera muy diferente a como fueron presentados. A pesar de que en un juicio civil previo había afirmado no recordar los detalles de lo ocurrido, en esta ocasión fue enfático al asegurar que no tocó a la mujer de ninguna forma. «No he hecho nada, solo le di un toque en el hombro», insistió Koja ante la prensa. Cuando se le preguntó si su memoria estaba clara sobre los hechos, respondió afirmativamente, indicando que sus recuerdos sobre el incidente eran nítidos.
El alcalde, que no ocultó su malestar por la situación, comenzó su intervención disculpándose públicamente con la ciudadanía de Nanjo, a quienes expresó su profundo arrepentimiento por el daño que este caso podría estar causando. Sin embargo, también dejó claro que no tiene intención de dimitir y que su prioridad ahora es limpiar su nombre. «Mi objetivo es probar que soy inocente», afirmó.
Este escándalo surgió en diciembre pasado, cuando la ex chofer presentó las denuncias de acoso, que fueron inicialmente negadas por Koja en los tribunales civiles. Sin embargo, a medida que la situación avanzó, el alcalde ajustó su testimonio, reconociendo la falta de memoria sobre ciertos aspectos, pero siempre afirmando que no hubo contacto físico inapropiado.
Koja, quien ocupa el cargo de alcalde desde 2018, subrayó su determinación de cumplir con su mandato hasta su finalización, prevista para febrero de 2026. «No hay ninguna posibilidad de que me encuentre culpable de este delito», sentenció tajante.
El caso sigue en desarrollo, y si la fiscalía decide presentar cargos formales, podría enfrentar un juicio penal. A pesar de la gravedad de las acusaciones, Koja ha asegurado que su defensa legal está preparada para combatir las acusaciones, convencido de que la justicia demostrará su inocencia. (RI/AG/IP/)