Un nuevo robo violento ocurrió ayer en la región de kanto, esta vez en en la localidad de Shiroi, en la prefectura de Chiba, donde varios individuos irrumpieron a la 5 de la madrugada de ayer en la casa de una mujer de 70 años que vive con su hija de unos 40 años. Según informó la policía, los agresores no sólo amenazaron a las víctimas, sino que también las sometieron a violencia física.
Ambas mujeres fueron brutalmente golpeadas, al punto de dejarlas heridas con sangrado visible en el rostro. Durante el ataque, los hombres las ataron y exigieron revelar la ubicación del dinero, mientras gritaban: “¿Dónde está el dinero?”. Los delincuentes finalmente lograron abrir una caja fuerte y robar unos 200.000 yenes en efectivo, además de otras pertenencias de valor, antes de huir del lugar.
Los asaltantes rompiendo una ventana pata entrar a la casa ya que las puertas estaban cerradas con llave. Tras el robo, huyeron en dos vehículos: uno que habían traído consigo y el automóvil de las víctimas. Este último detalle ha sorprendido, ya que el uso del coche de las víctimas podría facilitar la identificación de los delincuentes.
UN RUIDO EXTRAÑO
Uno de los vecinos, entrevistado por los medios, mencionó que alrededor de las 3 de la mañana escuchó el sonido de alarma de un coche. Pensó que podía tratarse de su propio vehículo, pero al salir y revisar, descubrió que no era el caso. Más tarde se supo que el ruido correspondía al vehículo de las víctimas, que los asaltantes usaron para huir.
Este asalto forma parte de una preocupante serie de robos violentos en la región de Kanto, que ha registrado 10 incidentes en los últimos tres meses. La policía está investigando si el robo en Chiba podría estar vinculado a lo que se conoce como «trabajos oscuros» (yami baito). En estos casos, personas vulnerables son reclutadas a través de internet para cometer delitos a cambio de una compensación económica que se paga inmediatamente.
En una tienda de conveniencia cercana al lugar del crimen, las cámaras de seguridad captaron a varios hombres comprando bebidas y una cinta adhesiva, aparentemente utilizada en el asalto. La policía ha centrado parte de su investigación en ese establecimiento, tomando fotografías y recolectando pruebas que podrían ayudar a identificar a los autores del robo.
Las víctimas también informaron a la policía que los agresores parecían estar siguiendo instrucciones de una tercera persona por teléfono durante el asalto. Este detalle ha llevado a los investigadores a pensar que los atacantes no actuaron solos, sino que fueron guiados por un líder o coordinador. (RI/AG/IP/)