Hoy quiero contarles sobre los sueños, en especial sobre mi gran sueño: convertirme en una actriz de voz. No me refiero a los sueños que desaparecen al despertar, sino a las metas que uno sueña cuando está despierto. Pienso que todos tenemos sueños como ser astronauta, presidente o médico, por ejemplo.
Cuando tenía unos 10 años, tuve que mudarme de Perú a Japón. Al llegar, no entendía nada del idioma y me resultaba muy difícil comunicarme con los demás; para alguien como yo, que me encanta hablar, me sentía muy sola, incómoda e impotente. Durante mucho tiempo, no salía de casa, y mis padres, preocupados, tampoco me dejaban salir. Así que pasaba horas y horas viendo animes.
Al principio, solo me fijaba en las historias que contaban, pero con el tiempo, empecé a fijarme en las animaciones y, sobre todo, en las voces. Me di cuenta de lo sorprendente que era ser un actor de voz; ellos pueden interpretar muchas emociones, darles vida a los personajes y lograr que los personajes de animación conecten con las personas.
A mí me gusta entretener a las personas y jugar con mi voz desde muy pequeña, pero cuando conocí esta profesión en la secundaria, me di cuenta de que es lo que quería hacer en mi futuro. Dar vida a los personajes sería una forma de entretener a otras personas, y creo que ayudaría a muchos en sus momentos de soledad, como me ayudaron a mí.
Cuando tenía 14 y estaba en la secundaria, elegí una preparatoria que también enseñaba carreras técnicas, entre ellas el doblaje o la actuación de voz. En Japón se les conoce como semon koko. Mis padres se opusieron, pensaron que en el futuro podría cambiar de idea y que, si no entraba a una escuela normal, limitaría mi futuro. Al final, ellos ganaron y acordamos que cuando acabara la preparatoria podríamos conversar nuevamente sobre ello.
Ahora estoy en segundo de preparatoria y mis sueños aún son los mismos, y creo que son más fuertes que antes. Pero cuando hablo del tema con mis profesores o mis padres, ellos me siguen diciendo que busque otro camino. Las escuelas en las que deseo estudiar no les parecen adecuadas. Siento que tratan de desanimarme todo el tiempo, pero yo preferiría encontrar su apoyo.
Yo sé que mi sueño no es fácil. Y sé que las personas que me sugieren cambiar de idea no lo dicen por maldad sino por miedo a que no sea una buena elección. Pero no pienso renunciar a mis sueños por las palabras de los demás. Cuando algo pase con mis sueños, será cuando yo encuentre otra cosa que me gustaría ser o cuando yo me rinda, pero en este momento no creo que pase ninguna de las dos cosas. Así que pienso esforzarme y demostrarles a todos que mis sueños no sólo terminarán siendo sueños.
Gracias.
(*) Texto del discurso que ocupó el segundo lugar, categoría Comunidad 1, en la final del 2º Concurso Intercultural de Oratoria de Español que se realizó el 14 de septiembre de 2024 en la Torre de Roppongi Hills en Tokio. Jenifer Gonzales Espíritu (16) es estudiante del segundo año de la secundaria superior japonesa y representa a la Asociación Japonesa Peruana para la Integración, AJAPE.
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