El emperador Naruhito expresó su «profundo remordimiento» durante la ceremonia realizada hoy en el hall de Nippon Budokan en Tokio por el 79º aniversario de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
El 15 de agosto de cada año, fecha en que Japón firmó su rendición, el país tiene el «Día de Recuerdo de los Muertos en la Guerra y Oraciones por la Paz», en memoria de quienes murieron en la última guerra y orar por la paz.
«Reflexionando sobre nuestro pasado y teniendo en cuenta los sentimientos de profundo remordimiento, espero sinceramente que los estragos de la guerra nunca se repitan», dijo el Emperador.
La ceremonia, que tuvo lugar sin las restricciones relacionadas con el COVID-19 por primera vez en cinco años, contó con la presencia la emperatriz Masako, el primer ministro Fumio Kishida y 4.023 personas vinculadas a los caídos en la guerra.
Los asistentes guardaron un momento de silencio al mediodía para honrar la memoria de los aproximadamente 3,1 millones de militares y civiles japoneses que perdieron la vida durante el conflicto.
Entre los discursos, Mitsuru Anzai, un representante de 86 años de los familiares de los fallecidos, hizo un llamado por la paz, diciendo: «Con los conflictos que continúan en todo el mundo, rezo para que la paz se logre lo antes posible». Anzai perdió a su padre en China durante la guerra.
La ceremonia se destacó por su retorno a la normalidad, permitiendo la participación de un mayor número de personas y el canto del himno nacional, marcando así un cambio significativo tras los años de restricciones pandémicas.
Entre los asistentes, Shoji Nagaya, de 97 años, fue el participante más anciano, mientras que Sena Sakai, de solo 3 años, fue el más joven. Según el Ministerio de Salud, Bienestar y Trabajo, casi la mitad de los asistentes nacieron después de la guerra.
Los caídos en la guerra incluyen a aquellos que murieron en los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Japón, al conmemorar su rendición, reafirma su compromiso con la paz y la memoria de los sacrificios hechos por las generaciones pasadas. (RI/AG/IP/)
