El equipo U-23 de Japón aseguró su pase a los cuartos de final del torneo olímpico de fútbol en París tras vencer a Malí por 1-0 en el segundo partido de la fase de grupos, disputado el 27 de julio. El arquero Brian Leo Kokubo fue la figura destacada, manteniendo su portería invicta por segundo partido consecutivo y atajando un penal decisivo en el tiempo añadido del segundo tiempo. Un periodista extranjero describió a Kokubo como el «picante que le faltaba a los Samurai Blue».
Japón había comenzado su campaña olímpica con una contundente victoria de 5-0 sobre Paraguay. El encuentro contra Malí se mantuvo sin goles hasta el minuto 82, cuando el delantero Hosoya Maeda escapó por la banda derecha y centró al área. El remate del delantero Keito Sato fue rechazado por el portero maliense, pero el mediocampista Rihito Yamamoto aprovechó el rebote y anotó el gol de la victoria. Sin embargo, en los minutos finales, tras una revisión del VAR, Japón fue sancionado con un penal por mano en el área de Sota Kawasaki.
En ese momento crítico, Kokubo se convirtió en el héroe del partido. Leyó perfectamente la dirección del disparo del delantero maliense Doumbia y se lanzó hacia su izquierda. Aunque el penal no fue atajado directamente, la presión del golero japonés llevó al jugador a errar el tiro, enviándolo fuera del arco.
Antes de posicionarse para el penal, Kokubo mostró una notable confianza, sonriendo y guiñando un ojo. Este gesto fue ampliamente comentado en las redes sociales. Un comentario destacó: «Japón necesitaba las atajadas y la capacidad de volar como un mono araña de Kokubo, pero lo que realmente buscaban era su actitud. Kokubo está lleno de confianza, se ve vibrante cuando salva y disfruta del juego. Él es la chispa que le faltaba al Samurai Blue».
Con esta victoria, Japón se clasifica a la siguiente ronda con un partido por jugar. El equipo ha mostrado un desempeño impresionante, especialmente en la defensa, y Kokubo ha sido fundamental en mantener su portería invicta. (International Press)