En marzo, un soldado de Estados Unidos fue acusado de secuestrar y agredir sexualmente a una menor en Okinawa en diciembre.
En mayo, otro militar estadounidense fue arrestado por intento de violación de una mujer en la misma prefectura.
La policía de Okinawa decidió mantener en reserva los dos ataques, alegando la necesidad de proteger la privacidad de las víctimas.
En consonancia con la postura de la policía okinawense, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón no informó al gobierno de Okinawa de los hechos.
El mes pasado, los medios hicieron públicos los incidentes, lo que causó la indignación del gobierno de la prefectura, así como de sus habitantes, reforzando el sentimiento de rechazo a las bases estadounidenses en la isla.
Para tender puentes, las fuerzas militares de Estados Unidos en Japón anunciaron la creación de un “nuevo foro de cooperación” con el gobierno de Okinawa y los residentes locales, reporta Kyodo.
El foro, que se lanzará en coordinación con el gobierno de Japón, será un espacio para “el intercambio constructivo de ideas en la búsqueda de objetivos compartidos”, dijo el comandante de las Fuerzas Estadounidenses en Japón, Ricky Rupp.
Rupp señaló que los malos actos de sus soldados colisionan con “nuestros compromisos con la alianza Estados Unidos-Japón” y “oscurecen la amistad y el profesionalismo que exhibimos a diario”.
El estadounidense prometió seguir “trabajando duro” para defender Japón y “garantizar que nuestros miembros del servicio y sus familias continúen siendo embajadores devotos en este hermoso país”.
Como medida de prevención, Estados Unidos, en cooperación con la policía de Okinawa, aumentará las patrullas conjuntas.
Además, realizará más controles de alcohol en los puestos de control a quienes salgan o entren a las bases.
Por otro lado, el gobierno de Japón se ha comprometido a informar al de Okinawa sobre cualquier delito sexual que cometan militares estadounidenses sin excepción. (International Press)
