Hombre en Japón que se hacía pasar por un sugar daddy estafó a varias mujeres

Zoo Tennoji (Osaka News)

 

Decía ser veterinario en un zoológico y un “rico” sugar daddy en busca de sugar babies.


El hombre de 52 años no era ni uno ni lo otro. En vez de darles dinero a ellas, se los quitaba.

Mainichi Shimbun recogió el testimonio de una de sus víctimas.

La mujer en la cincuentena conoció al hombre a través de una aplicación de citas. Él le dijo que si accedía a verse con él en persona le daría 200.000 yenes (1.280 dólares).


Se encontraron en una estación de tren en Osaka, cerca del zoológico Tennoji.

El hombre de “modales agradables y vestido de manera informal”, según la descripción de la mujer, la llevó al zoo.

“Trabajo aquí”, le dijo con orgullo.


Al rato sugirió a la mujer ir a otro lugar porque mucha gente en el zoo lo conocía. La llevó a un hotel.

Después de dos horas de charla, el hombre, que dijo ser aficionado al box, le preguntó de repente si le podía prestar 20.000 yenes (128 dólares) para comprar la entrada de una pelea de box.


Había dejado su billetera en una caja fuerte del zoológico, le dijo.

Ella le creyó y retiró el dinero del cajero automático de una tienda de conveniencia y le entregó el efectivo.

El estafador le dijo que le transferiría el dinero y que se mantendría en contacto.

No lo volvió a ver y el jamás hizo la transferencia.

La mujer llamó al zoo y le dijeron que nadie con el nombre del tipo trabajaba allí. También le informaron que habían recibido otras llamadas como la de ella. No era la única víctima.

Lo denunció ante la policía.

La mujer dijo que lo que más le atrajo del hombre fue su profesión. Como ella tiene un perro, pensó que ambos podrían formar una buena pareja.

“Todo lo que el hombre me dijo fue específico. No sospeché nada”, dice.

“Me cegaron las zamalerías del hombre y le creí. Creo que fui realmente estúpida”, añade.

El estafador fue arrestado y en marzo pasado el Tribunal de Distrito de Osaka lo condenó a dos años y seis meses de prisión, pena suspendida por cuatro años.

Durante el juicio se descubrió que el hombre era un obrero que ganaba alrededor de 150.000 yenes (963 dólares) mensuales y que vivía en un hospedaje barato.

Para explicar sus actos declaró que quería llevar “una vida más cómoda”.

Durante tres años estafó a ocho mujeres por un total de unos 200.000 yenes.

El hombre creía que las mujeres no lo denunciarían porque se sentían “culpables” de tener citas con un sugar daddy.

Dijo que se presentaba como veterinario para impresionar a las mujeres y aparentar tener altos ingresos.

¿Por qué las mujeres caían tan fácilmente en sus engaños?, le preguntó Mainichi.

“Todo lo que tenía que hacer era hablar y, por extraño que parezca, me creían. Creo que a las mujeres no les interesaba quién era yo mientras obtuvieran dinero”, respondió.

El estafador envió una carta a Mainichi en la que decía: “Lamento haberlas estafado haciéndoles creer que yo era un rico sugar daddy”. (International Press)

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