Un funcionario de la Oficina Regional de Impuestos de Sendai asignado a la prefectura de Fukushima estuvo de permiso por paternidad entre agosto de 2022 y febrero pasado.
En el mencionado periodo hizo una fortuna dedicándose a la reventa de coches usados, informó Asahi Shimbun.
Comercializó 62 y ganó alrededor de 200 millones de yenes (1,26 millones de dólares). Además, revendió cuatro teléfonos móviles.
El hombre, un veinteañero, compraba los vehículos en subastas en línea o en concesionarios de automóviles.
La cantidad más alta que obtuvo por una operación fue alrededor de 12 millones de yenes (75.800 dólares).
Estas actividades le costaron un mes de suspensión por violar la Ley de Servicio Público Nacional, que prohíbe a los trabajadores públicos tener otro empleo.
Si bien vender objetos personales no está vetado, en el caso del sancionado funcionario convirtió la reventa en una actividad continua y, por ende, en un negocio (segundo trabajo).
El hombre sabía que estaba haciendo mal, pero declaró a su empleador que disfrutaba el proceso de comprar y revender.
“No pude parar. Lo siento mucho”, dijo.
El hombre contó que siempre ha sido un gran fanático de los coches y que decidió embarcarse en la actividad cuando reparó en que los precios de los automóviles usados estaban aumentando, lo cual los convertía en una potencial fuente de ganancias.
El dinero que ganó, dijo, lo usó para cubrir sus gastos de subsistencia. Tomó una licencia de paternidad no remunerada y una asociación de ayuda mutua le otorgaba un subvención que equivalía aproximadamente a la mitad de sus ingresos mensuales.
Tras ser suspendido, el hombre decidió renunciar. (International Press)