Crean ley contra la soledad en Japón; afecta a 4 de cada 10 personas

La pandemia puso patas arriba la vida de un joven japonés de 23 años, que hasta entonces marchaba bien.


Ingresó a la universidad en 2019 para estudiar educación. Cuando llegó la pandemia, todas las clases comenzaron a impartirse en línea.

Pasaba la mayor parte del tiempo frente a una computadora y había días en los que no hablaba con nadie.

La soledad no tardó en pasarle factura. Se sentía mal, vomitaba después de comer y perdió 5 kilos de peso, recuerda en declaraciones a Asahi Shimbun.


Un día se desplomó en un tren. Le diagnosticaron depresión y pidió permiso para faltar a la universidad por enfermedad.

Más adelante se ofreció como voluntario para ayudar en la gestión de un club para adolescentes y jóvenes deprimidos.

Ahora está mejor, pero aún hay días en que se siente mal y, a veces, no sale durante todo el día.


También puedes sentirte solo aunque estés rodeado de gente. Es el caso de una mujer de 32 años que reside en la prefectura de Nagano.

Está casada y tiene hijos, pero a veces la soledad la sobrepasa y llora mientras lava los platos y lamenta no tener con quién hablar sobre cómo se siente.


A pesar de que trabaja a tiempo completo para una compañía de seguros, es la única persona que se encarga del cuidado de los niños y de las tareas domésticas, como cocinar y lavar.

Como ella, su esposo tiene un empleo a tiempo completo. Pero a diferencia de la mujer, él no trabaja en casa.

Hubo un día en que se dio cuenta de que las cosas habían llegado demasiado lejos.

Llovía, pero su hija en edad preescolar quería salir a jugar a un parque. La madre se negó, pero la niña insistió una y otra vez, tanto que la madre perdió la paciencia y le gritó: “¡Ya basta!”.

La niña lloró y le dijo: “Tengo miedo”.

La madre, sorprendida de su propia reacción, se percató de que necesitaba ayuda.

La buscó en su esposo cuando este llegó a casa de su empleo. “Estoy cansado del trabajo”, fue todo lo que le dijo el hombre y se fue a la cama.

Ella intentó que su esposo también hiciera las tareas del hogar, pero él no le hizo caso.

“Me siento sola, aislada”, dice la mujer.

Estos dos casos, reseñados por Asahi, muestran cómo la soledad afecta a gran parte de la sociedad japonesa, en concreto el 39,3 % de la población, según un estudio realizado por el gobierno japonés a 20.000 personas de 16 años o más en diciembre de 2023.

Casi 4 de cada 10 japoneses dijeron sentirse solos, desde “a menudo o siempre” hasta “ocasionalmente”.

Un dato llamativo de la encuesta es que el grupo etario con mayor sensación de soledad (que se suele asociar más a la vejez) es el de las personas de 30 a 39 años (el 46,1 %, casi la mitad).

Para prevenir la soledad, el lunes se promulgó una ley en Japón.

La soledad y el aislamiento son un problema para toda la sociedad, según la ley, que establece que los gobiernos locales deben crear consejos regionales con grupos de apoyo para las personas solitarias.

Además, el gobierno central capacitará a gente en cada región para ayudar a las personas que sufren de soledad. (International Press)

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