Japón aprueba la exportación aviones de combate de nueva generación

Uno de los prototipos del futuro avión caza de Japón, desarrollado con Reino Unido e Italia.

Japón aprobó ayer la flexibilización de sus estrictas reglas de transferencia de equipos de defensa para permitir la exportación de aviones de combate de próxima generación que se desarrollarán conjuntamente con Reino Unido e Italia.

El gabinete del primer ministro Fumio Kishida aprobó las directrices actualizadas de los «tres principios sobre la transferencia de equipos y tecnología de defensa» después de que su partido gobernante, el Partido Liberal Democrático, y su socio de coalición, el partido Komeito, acordaran las reglas de exportación revisadas el 15 de marzo.


Las reglas revisadas estipulan que Japón puede exportar a una tercera nación los aviones de combate, que los tres gobiernos planean desplegar para el año 2035, mientras que nunca se transferirán a un país donde esté ocurriendo un conflicto armado.

Japón necesita «tener un esquema de exportación» para garantizar que pueda desarrollar un «avión de combate con capacidades que satisfagan las necesidades de seguridad de nuestra nación», y que pueda participar en el proyecto trilateral con Gran Bretaña e Italia como «socio igualitario», declaró el gabinete.

Los aviones de combate son clave para la capacidad de Japón de disuadir una agresión, especialmente de China y Rusia, que tienen muchos más aviones de cuarta y quinta generación que Japón.


La Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón opera actualmente tres tipos de aviones de combate: el F-2, el F-15 y el F-35. El caza de próxima generación que está construyendo con el Reino Unido e Italia está destinado a suceder al F-2 y su despliegue está previsto para 2035.

La «generación» de un avión de combate denota su desempeño en términos de capacidades. Las tácticas de guerra evolucionan con cada nueva generación, desde las tradicionales «peleas de perros» con alcance visual hasta enfrentamientos más allá del alcance visual, utilizando principalmente radares y misiles de largo alcance.

Según el libro blanco de defensa de Japón de 2023, China tiene alrededor de 1.500 cazas de cuarta y quinta generación, mientras que Rusia tiene más de 900, superando ampliamente en número a los 324 de Japón.


Mientras Japón avanza con la introducción del avión F-35 de quinta generación procedente de Estados Unidos, tanto China como Rusia se centran en mejorar sus capacidades militares. China está acelerando la producción y el despliegue de sus aviones J-20 de quinta generación, y Rusia está haciendo lo mismo con sus cazas Su-57.

Se espera que el caza de próxima generación tenga capacidades avanzadas de combate en red que puedan conectarse con drones y satélites, además de capacidades de sigilo y tecnología de sensores superiores.


En diciembre de 2023, Japón y Estados Unidos acordaron iniciar una investigación conjunta sobre inteligencia artificial con la esperanza de adoptarla en vehículos aéreos no tripulados que puedan funcionar junto con cazas de próxima generación. (RI/NI/IP/)

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