El número de nacimientos en Japón lleva ocho años consecutivos de caída.
Los fabricantes de ropa infantil en el país asiático están sintiendo la pegada.
La compañía MIKIHOUSE, conocida por sus productos de alta calidad, tenía 189 tiendas en Japón en 2000. Ahora tiene solo 99, casi la mitad.
No obstante, el fabricante japonés ha encontrado en el mercado extranjero una rica fuente de ingresos alternativa.
Su número de tiendas en el extranjero, más de 100, se ha duplicado en los últimos cinco años, destaca el sitio News On Japan.
Más aún, sus ventas en el extranjero superan a las nacionales.
MIKIHOUSE abrió su primer local fuera de Japón en París en 1987. Hoy, por ejemplo, está en el exclusivo gran almacén Harrods en Londres y es muy popular en China (en particular sus zapatos).
Pese a no ser barata, MIKIHOUSE tiene mucha demanda.
Hace dos años, lanzó una línea de alta gama llamada “Gold Label”, que utiliza materiales de gran calidad y cuyos productos tienen precios dos o tres veces más altos de lo normal.
Uno de sus artículos, una manta de bebé hecha de fibra de vicuña, cuesta 1,1 millones de yenes (7.200 dólares). Se vende como pan recién salido del horno. “La suavidad y la calidad de la vicuña son increíbles, y creo que todo el mundo está feliz de comprarlas para sus hijos”, cuenta el propietario de una tienda de MIKIHOUSE en Pekín.
Quienes ayudan a sostener el negocio en Japón también son extranjeros. Tras la pandemia, la demanda de prendas de MIKIHOUSE, que vende camisetas con precios en el rango de 20.000 yenes (132 dólares) y zapatos en el de 10.000 yenes (66 dólares), por parte de los turistas es fuerte.
“Compran de todo, de pies a cabeza”, dice un representante de la firma.
Por otro lado, el declive de la tasa de natalidad en Japón no desanima a empresas como Workman, el fabricante de ropa de trabajo, que el mes pasado anunció su ingreso al mercado de ropa infantil.
Una de sus bazas son los atuendos a juego para padres e hijos. También ofrece ropa duradera y resistente al agua por solo 980 yenes (6,4 dólares). Los bajos precios ayudan mucho.
Un cliente explica que gracias a las prendas de Workman que usan sus hijos, quienes llegan a casa cubiertos de suciedad todos los días, puede decirles que se ensucien sin preocuparse por el costo. (International Press)
