Taxista en Japón que se negó a dejar salir a una pasajera le salvó la vida

Acantilado de Sandanbeki (MBS News)

 

El acantilado de Sandanbeki, situado en la ciudad de Shirahama, prefectura de Wakayama, es un popular destino turístico local, pero también un lugar conocido por una triste razón: los suicidios.


Eso lo sabe muy bien Hiroshi Kitamoto, un taxista de 72 años que el 10 de diciembre pasado transportó a una mujer hasta ese destino.

La había recogido cerca de la estación de Shirahama.

Kitamoto notó rápidamente que algo andaba mal con la pasajera, revela Asahi Shimbun.


En primer lugar, estaba empezando a oscurecer y para cuando llegaran al acantilado sería demasiado tarde para que ella pudiera disfrutar de la vista.

Además, solo llevaba una pequeña mochila, lo que sugería que no pensaba pasar la noche allí.

Kitamoto intentó sonsacarle información. Le preguntó qué iba a hacer al acantilado y la mujer se limitó a responder: “Sólo algo”.


Luego le preguntó si tenía reserva de hotel; ella respondió que no.

El taxista le dijo que ningún hotel en Shirahama aceptaría a personas que se presentaran de manera repentina en la recepción.


“Está bien”, dijo la mujer. Sin embargo, luego empezó a sollozar.

Kitamoto le pregunto qué le pasaba.

“He estado trabajando muy duro, pero la gente que me rodea no me entiende”, contestó.

El taxi llegó a su destino, pero el conductor, convencido de que la mujer quería quitarse la vida, siguió manejando.

“Estamos en (el acantilado de) Sandanbeki, pero no dejaré que salgas”. Entre lágrimas, la pasajera le suplicó: “Por favor, déjeme morir”.

El taxista continuó hablándole y logró persuadirla de que no se suicidara: “Todo el mundo tiene sus altibajos en la vida, y habrá más altibajos en el futuro, pero habrá que superarlos”.

Mientras tanto, llegaron a una estación de policía. El hombre la llevó hasta dentro y solicitó a los agentes que cuidaran a la mujer.

Más adelante llegó la familia de la pasajera a la estación de policía.

La mujer, una persona en la cuarentena, residía en otra prefectura.

15 días después, en Navidad, la policía organizó una ceremonia para entregarle una carta de agradecimiento a Kitamoto.

Durante el evento, se leyó una carta en la cual la familia de la mujer le expresaba su profunda gratitud.

“Estoy feliz de que su vida se haya salvado”, dijo Kitamoto.

Debido a la popularidad del acantilado como destino suicida, policías, empleados municipales y miembros de una organización privada realizan rondas en el lugar para detectar a posibles suicidas. (International Press)

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