Desde fines de noviembre, la policía de Tokio ha arrestado a cuatro extranjeros, dos tailandeses y dos filipinos de 26 a 37 años, que ejercían la prostitución en el barrio rojo de Kabukicho.
Esperaban o abordaban a posibles clientes varones en el parque Okubo y sus alrededores.
Asahi Shimbun obtuvo el testimonio de uno de ellos, un filipino de 26 años.
El hombre contó que tenía de cuatro a cinco clientes al día, y que a cada uno cobraba entre 10.000 yenes (70 dólares) y 20.000 yenes (140 dólares). Ganaba alrededor de un millón de yenes (7.000 dólares) en 15 días.
Ingresó a Japón a finales del mes pasado con una visa de turista. Era la tercera vez que entraba al país desde este verano para ganar dinero.
Tras la abolición de la restricciones por la pandemia, está aumentando la prostitución masculina por parte de extranjeros.
Los trabajadores sexuales no actúan solos. Durante los arrestos, la policía se percató de la presencia de hombre sospechosos que al parecer actúan como “campanas”, para avisar a los prostitutos que hay policías cerca.
La ley contra la prostitución en Japón, que señala que esperar a clientes con el fin de prostituirse es ilegal, solo se aplica a las mujeres.
Sin embargo, una ordenanza en Tokio prohíbe solicitar y esperar clientes con el fin de realizar actividades similares a la prostitución, independientemente del género. (International Press)