Hace poco, las autoridades de Massachusetts, en Estados Unidos, desmontaron una red de prostitución asiática de lujo.
La mayoría de las trabajadoras sexuales eran de origen asiático y cobraban hasta 600 dólares la hora a políticos, médicos y militares, entre otros clientes.
La red detectada en Massachusetts no es la única asiática que funciona en Estados Unidos.
Por ello, en el último año ha aumentado el número de japonesas a quienes se les niega la entrada al país norteamericano, informa el sitio News On Japan.
Algunas jóvenes japonesas que visitan Hawái por turismo han sido obligadas a regresar a Japón.
Los controles de inmigración estadounidenses son más estrictos ahora.
Las redes sociales en Japón ofrecen ofertas de empleo en el extranjero. Una reza:
“Anfitrionas, modelos y mujeres hermosas pueden ganar hasta 4 millones de yenes (26.600 dólares) en 4 semanas, con alojamiento en una villa con piscina”.
El destino no es solo Estados Unidos. Australia también ha reforzado la vigilancia de sus fronteras.
Un agente de inmigración extranjero explica que las mujeres consideradas como sospechosas son llevadas a ambientes privados para interrogarlas.
“Si visten marcas importantes, tienen un boleto de ida o no tienen reserva de hotel, hay muchas posibilidades de que las devuelvan”, dice.
No solo se ha incrementado el número de japonesas que viajan a Estados Unidos atraídas por la posibilidad de ganar mucho dinero, también el de mujeres de otros países de Asia. (International Press)