No dan tregua a las autoridades peruanas y no tienen temor a la declaratoria del estado de emergencia dada por el gobierno en algunos distritos de Lima y provincias para minimizar los actos de violencia protagonizadas por las bandas criminales extranjeras en el Perú.
Se han ‘colado’ por las fronteras cientos de miles de personas con identificaciones falsas o pagando sobornos a las autoridades de migraciones y efectivos policiales que se hicieron de la vista gorda y les permitieron ingresar de manera ilegal.
Hoy, los peruanos vivimos una pesadilla, indistintamente del lugar donde residamos. Todos los días se cometen feroces actos criminales que van desde la trata de personas, asesinatos, secuestros, robos, enfrentamientos a mano armada con otras bandas, con la policía, con los miembros de serenazgo, a cualquier hora del día y en lugares abiertos y muy concurridos por las familias, (parques, restaurantes, centros comerciales, lozas deportivas, mercados, lugares de entretenimiento) que ni los colegios se salvan de la exigencia del ‘pago de cupos’ obligándolos a optar por las clases virtuales para proteger a los escolares de las amenazas de colocación de granadas en las afueras de las escuelas.
Ahora se conoce que venezolanos, colombianos, ecuatorianos y de otros países han ingresado al Perú de manera ilegal por las fronteras sin ninguna identificación, sin papeles, para después muchos de ellos agruparse en bandas criminales muy sofisticadas que utilizan para sus fechorías armamento de guerra (granadas y fusiles).
De nada ha servido la declaratoria del estado de emergencia, no hay resultados positivos de esta acción que nos muestre que se ha logrado disminuir el índice de criminalidad.
La salida de tropas del Ejército en apoyo a la PNP no ha dado frutos, lo que demostraría que la medida se dio sin tener un Plan de Acción para enfrentar este tipo de delincuentes y, por el contrario, me atrevería a decir que la medida ha servido para mostrarnos a estas bandas criminales en toda su ferocidad pues ha aumentado el número de asesinatos a sangre fría.
Tenemos en el Perú más de un millón de ciudadanos venezolanos que llegaron, algunos escapando de Maduro, pero gran parte de ellos con historial criminal que cree que nuestro país es su chacra y que pueden actuar con total impunidad sembrando el caos y el terror en la población. Incluso, sin ningún temor amenazan de muerte también a los altos jefes policiales utilizando las redes sociales.
¿De qué calma y paz habló la presidenta Dina Boluarte en su reciente visita a los EEUU? ¿Qué país quiso pintar la señora Boluarte…?
Con sorpresa y estupor hoy se conoce que en el Perú están actuando mafias organizadas como: El Tren de Aragua, Los Gallegos, (Venezuela) Los Tiguerones, (Ecuador) vinculados al cartel de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa de México y de nacionalidad colombiana dedicadas a la extorsión por préstamos de dinero que nunca terminan de pagarse, en la modalidad conocida como el ‘gota a gota’, que si no pagas te matan, y también a la trata de personas.
Según publicó hace unos días el portal INFOBAE de Lima, el Perú está entre los 10 países con mayor índice de criminalidad en Latinoamérica. (Índice Global de Crimen Organizado)
¿De qué calma y paz habló la presidenta Dina Boluarte en su reciente visita a los EEUU? ¿Qué país quiso pintar la señora Boluarte durante su participación en la Cumbre de líderes de la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica? (APEP).
Para su información, señora Presidenta, vivimos en un mundo globalizado, donde lo que ocurre en cualquier lugar de este planeta se conoce inmediatamente. El mundo sabe y conoce lo que pasa en el Perú, aunque usted intente tapar el sol con un dedo.
No podemos ignorar la realidad que agobia cada día a millones de peruanos señora Boluarte, no cometamos el mismo error del pasado cuando minimizamos los actos criminales de Sendero Luminoso.
Se tiene que actuar con premura e inteligencia para desarticular a estas bandas criminales que quieren sembrar el terror en la población y eso es muy grave. Grave porque genera miedo y desconfianza, la huida de capitales (dinero y capital humano),l el cierre de negocios, y otra vez el caos en un país que necesita de grandes inversionistas para superar esta crisis económica en la que nos encontramos por el mal manejo de malos gobiernos que hemos elegido en los últimos tiempos.
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