En abril del año pasado, una mujer denunció ante la policía de Kioto que había recibido un video obsceno de un hombre al que conocía.
La policía comenzó a investigar al tipo y descubrió que era un conductor de reparto que había instalado cuatro pequeñas cámaras en la parte inferior de su camión.
Las cámaras estaban debajo del parachoques y cerca de las llantas delanteras, detalla Asahi Shimbun.
Los dispostivos grababan debajo de la falda de niñas y adolescentes.
La policía anunció esta semana el arresto del hombre, un sujeto de 44 años llamado Satoshi Nishimura.
Nishimura está acusado de realizar grabaciones obscenas de ocho menores, entre ellas estudiantes de primaria, en las calles de las ciudades de Kioto y Uji entre septiembre y diciembre del año pasado.
El hombre conducía a baja velocidad para grabar a las chicas cuando iban o venían de la escuela.
Nishimura declaró a la policía que “solo estaba buscando un lugar para estacionar mi vehículo”.
Sin embargo, la policía encontró en su casa más de 30 discos duros con una gran cantidad de videos obscenos.
La policía sospecha que el hombre incurrió en esta ilegal práctica durante más de una década y que el número de víctimas sería de 1.000. (International Press)