El domingo pasado, la policía de Nagasaki arrestó a un profesor por manosear a una joven ebria a la que encontró durmiendo en la calle.
En la ciudad de Warabi, prefectura de Saitama, Hiromitsu Senba, un hombre de 86 años, dio el ejemplo de cómo se debe ayudar a alguien (y no aprovecharse) en una situación como esa.
El lunes 5 de junio, alrededor de las 5:40 a. m., Senba salió de su casa y vio a una mujer sentada en la calle.
Cuando se acercó, se dio cuenta de que era una joven. Tenía la cabeza caída hacia adelante sobre las rodillas. Estaba ebria y dormida, revela el portal SoraNews24.
De pronto cayó de lado y quedó tendida en la carretera.
Ante el riesgo de que un coche la arrollara, Senba entró a su casa y salió con algunos conos de tráfico que colocó alrededor de la mujer para alertar a los conductores.
Luego llamó a los servicios médicos de emergencia, volvió a su casa y salió con un bastón luminoso con el cual comenzó a dirigir el tráfico, hasta que llegó un equipo médico.
La mujer resultó ilesa, sin ningún incidente que lamentar.
El día 13, la policía local entregó un certificado de reconocimiento a Senba.
“No quería que la atropellara un coche si la dejaba como estaba cuando la encontré. Los jóvenes son los que se van a hacer cargo del futuro, así que quería ayudarla”, dijo el buen ciudadano. (International Press)