Cuando se produjo el ataque al primer ministro de Japón, Fumio Kishida, el 15 de abril en la prefectura de Wakayama, el jefe de la Comisión Nacional de Seguridad Pública del país, Koichi Tani, se disponía a comer un plato de arroz con anguila a la parrilla en la prefectura de Kochi.
La Agencia de Policía de Japón avisó a Tani del atentado, pero las ganas de comer pudieron más que su deber.
El mismo Tani lo dijo durante una reunión del gobernante Partido Liberal Demócrata.
“Tenía muchas ganas de comer un delicioso plato de arroz con anguila a la parrilla”, dijo, según Kyodo.
“Me aseguré de comer el plato de arroz con anguila”, añadió.
Tani, encargado de supervisar las medidas de seguridad para la cumbre de líderes del G-7 en Hiroshima en mayo, fue criticado duramente por la oposición.
Hiroshi Ogushi, jefe de campaña electoral del Partido Democrático Constitucional de Japón, calificó como “extremadamente irresponsable” lo dicho por Tani.
Por su parte, Akira Koike, jefe de la secretaría del Partido Comunista de Japón, dijo que Tani “no tiene ningún sentido de la responsabilidad con respecto a sus deberes, y eso muestra la negligencia del gobierno de Kishida”. (International Press)
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