El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania afirmó que la procesión de este año en Roma el Viernes Santo se vio «nuevamente ensombrecida por un intento de equiparar a la víctima con el agresor».
El portavoz del ministerio, Oleg Nikolenko, dijo en las redes sociales: «Ayer, Viernes Santo, tuvo lugar en Roma un gran evento religioso: la Procesión de la Cruz. Simboliza la victoria del bien sobre el mal, la luz sobre la oscuridad, la fe sobre la desesperación. Estamos profundamente agradecidos al Papa Francisco por su preocupación por Ucrania y los ucranianos».
Y prosiguió: «Lamentablemente, nos vemos obligados a afirmar que la procesión de este año se vio nuevamente ensombrecida por un intento de equiparar a la víctima y al agresor».
Nikolenko criticó los textos que se leyeron durante la Procesión de la Décima Estación de la Cruz en nombre de un adolescente ucraniano que encontró refugio en Italia después de la captura de Mariupol por las tropas rusas, y un niño ruso cuyo hermano militar perdió la vida y su padre y abuelo desaparecieron como participantes en la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.
El Ministerio de Asuntos Exteriores expresó su decepción de que la Santa Sede no haya tenido en cuenta los argumentos de la parte ucraniana sobre el carácter ofensivo de tal gesto.
«La participación conjunta de ucranianos y rusos distorsiona la realidad en la que Rusia ha sumergido a los ucranianos encarnando el genocidio contra nosotros. Además, tal paso socava los principios de justicia y moralidad universal, desacredita el concepto de paz y hermandad», afirmó Nikolenko.
«Intentar poner un signo igual entre Ucrania, que sufre, y Rusia, que provoca sufrimiento, no conduce a la reconciliación. La reconciliación solo puede llegar después de la victoria de Ucrania, el castigo de todos los criminales rusos, el arrepentimiento por el sufrimiento y pedir perdón a los ucranianos», dijo el portavoz.
El Vaticano decidió combinar los testimonios de adolescentes ucranianos y rusos durante el Vía Crucis que se realizó la noche del viernes 7 de abril en el Coliseo de Roma. Durante esta celebración se leyeron textos elegidos por el Papa Francisco para reflexionar sobre el sufrimiento de la humanidad.
El año pasado, el Vaticano tuvo una iniciativa similar con mujeres ucranianas y rusas que causó indignación en Kiev. (RI/AG/)
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