En la madrugada del 27 de junio de 2013, una mujer embarazada ingresó a una clínica de obstetricia y ginecología en Osaka para dar a luz.
Alrededor del mediodía, un médico llevó una pelota de parto a su habitación, la puso sobre la cama y colocó la parte superior del cuerpo de la mujer sobre la bola.
El médico le dijo que eso facilitaría el alumbramiento y se retiró de la habitación, revela Kyodo.
Sin embargo, la mujer perdió el equilibrio y se cayó de la pelota sobre la cama.
Debido al impacto de la caída sufrió una rotura uterina y se le realizó una cesárea de emergencia. Durante la intervención, el médico dejó una gasa dentro del cuerpo de la mujer, lo que forzó la realización de otra laparotomía.
El bebé nació con parálisis cerebral severa y murió en febrero de 2015.
Una pelota de parto es similar a una pelota de ejercicio que se usa en clases de yoga y hay quienes recomiendan su uso para que la mujer encinta esté cómoda y atenuar el dolor, explica Kyodo.
Sin embargo, la pareja alega que el médico, antes de salir de la habitación, no le explicó a la mujer las precauciones de seguridad que debía tomar con respecto a la pelota.
En agosto de 2018, la mujer y su esposo interpusieron una demanda contra la clínica ante el Tribunal de Distrito de Osaka para exigir una reparación de 90 millones de yenes (675.000 dólares).
La clínica solicitó al tribunal que desestimase la demanda, pero el mes pasado llegó a un acuerdo extrajudicial con la pareja, que incluye el pago de una compensación de 1,3 millones de yenes (9.755 dólares) y un ofrecimiento de disculpas por la negligencia médica. (International Press)
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