La mayoría de aprendices extranjeros en Japón contrae deudas en sus tierras de origen para poder viajar y trabajar en el país asiático.
El dinero que pagan en promedio, alrededor de 4.100 dólares, a agencias e intermediarios se destina a los honorarios de estos o clases de idioma japonés, entre otras cosas.
¿Qué más cosas? Ni los mismos aprendices saben exactamente por qué más pagan, y eso es algo que el gobierno de Japón quiere averiguar, revela Yomiuri Shimbun.
El Ministerio de Trabajo japonés investigará in situ a las organizaciones extranjeras que envían a aprendices a Japón.
La investigación, que se realizará en el año fiscal 2023, buscará conocer de manera detallada cómo se establecen las cantidades que los aprendices deben pagar y el destino real del dinero, razón por la cual se entrevistará a las organizaciones que los reclutan y arreglan sus viajes y estadía en Japón.
Las pesquisas se realizarán principalmente en Vietnam y China, dos de los grandes abastecedores de mano de obra a Japón.
El gobierno japonés también examinará las transacciones financieras entre las entidades extranjeras y las organizaciones supervisoras japonesas, que son las encargadas de recibir a los aprendices en Japón.
Es común, según Yomiuri, que las organizaciones extranjeras sobornen a los supervisores japoneses. Se sospecha que la coima se carga al monto que tienen que pagar los aprendices.
Por ello, la investigación también abarcará a las organizaciones supervisoras japonesas y a las empresas que contratan como trabajadores a los aprendices.
Japón solicitará la cooperación de los gobiernos de los países donde descubra que las agencias e intermediarios realizan cobros injustos para ponerlos en vereda.
Las violaciones de los derechos de los aprendices (acoso laboral, salarios impagos, despidos injustos, etc.) estarán incluidos en las indagaciones que realizará una compañía de investigación privada contratada por el Ministerio de Trabajo.
Japón necesita a los trabajadores extranjeros. El país sufre una crónica escasez de mano de obra y la depreciación del yen lo está convirtiendo en un destino laboral menos atractivo para los foráneos. (International Press)
