Kike Ponze Harada, periodista peruano radicado en Japón, murió en su casa en Ueda, Nagano. Tenía 60 años. El pasado jueves 8 de diciembre su hijo (20), que vive en Nagoya, recibió una comunicación del municipio avisándole sobre el deceso de su padre.
Ponze, natural de Piura en el norte peruano, fue un pionero del periodismo de comunidad en Japón. En los 90 fue director de «Latinos», la primera revista bilingüe español-portugués, de publicación mensual, dirigida a los inmigrantes que llegaron desde Sudamérica.
El primer número de la revista, con 24 páginas e impreso en papel couché, apareció en octubre de 1991. Se editaba en la ciudad de Yokosuka, prefectura de Kanagawa, y las suscripciones podían solicitarse en la librería española Manantial que funcionaba en el distrito de Chiyoda en Tokio.
«Ofrecemos esta revista, con gran inquietud y esperanza en salir adelante por el bien común, que nos ayudará a no perder nuestra identidad y sobre todo nos dará una nueva visión a nuestra realidad… Somos latinos viviendo en Japón», se escribió en la «Presentación» del medio.
En esa primera edición, «Latinos» ya señalaba lo que Japón carecía cuando empezó recibir en masa a los nikkeis de América Latina. «El país receptor tiene que contar con un programa para la inmigración; tomar medidas para facilitar y garantizar la adaptación del inmigrante… Japón no puede ignorar los problemas que más tarde podrían surgir como consecuencia de una falta de programación de la inmigración», dijo .
La revista cerró en 1994. Antes, en octubre de 1993 cambió su formato a tabloide y dejó de publicar en idioma portugués para centrarse solo en español.
Luego, mientras se dedicaba a otros quehaceres para ganarse la vida en Japón, Ponze participó como productor periodístico en algunas iniciativas en redes sociales y fue muy activo en ellas por sus ácidos comentarios, siempre muy informado. Entre junio de 2021 y marzo de 2022 fue columnista de International Press escribiendo reflexiones personales y sobre comunidad.
Ponze vivía solo. La policía ingresó a su vivienda a solicitud del gerente de la empresa de transporte para la que trabajaba. Fue hallado sin vida en su cama, cubierto con el futón, en posición de descanso, dijeron fuentes relacionadas.
El lunes 28 de noviembre no fue a trabajar. Su jefe se acercó a su casa y como vio las luces prendidas se retiró. No fue hasta el día siguiente que supuso que algo grave estaba ocurriendo con Ponze cuando tampoco asistió al trabajo ni contestaba las llamadas. Luego observó que las luces de la vivienda del peruano aun estaban encendidas en pleno día.
La última publicación de Ponze en Facebook, sobre política peruana, fue la tarde del sábado 26 de noviembre. Se desconoce la fecha exacta de su fallecimiento. Cuando fue encontrado por la policía a inicios de diciembre tenía varios días de muerto.
No se encontraron signos de violencia en la habitación u otro detalle que hiciera sospechar de un hecho criminal.
A principios de este año Ponze fue operado de un cáncer en nivel inicial y en marzo le dijeron que su recuperación había sido exitosa y que le había ganado la batalla al cáncer. En junio fue sometido a una cirujía menor en la retina.
Sin embargo, sus allegados en Japón dijeron que era diabético y que sufría de presión alta.
Su hijo no tuvo oportunidad de ver su cuerpo. Cuando llegó a Ueda hace una semana inmediatamente después de recibir el aviso del municipio, las autoridades le entregaron la urna con las cenizas de su padre.
Se informó que en una fecha por determinar el hijo de Kike Ponze viajará a Perú llevando sus cenizas. (International Press)