El gobierno japonés aprobó hoy medidas adicionales para hacer frente a la subida de precios en una reunión encabezada por el primer ministro Fumio Kishida. Se incluye la entrega de 50.000 yenes a los hogares de bajos ingresos.
«Seguiremos de cerca el impacto de los precios internacionales de las materias primas y el endurecimiento de las políticas monetarias en las economías del mundo. Adoptaremos medidas audaces de manera fluida de acuerdo a esos indicadores», dijo Kishida en la oficina de Contramedidas para Precios, Salarios y Medios de Vida.
En este encuentro, el gobierno decidió utilizar a fines de septiembre alrededor de 3 billones de yenes del fondo de contingencia.
El dinero de ayuda está destinado a los hogares exentos del impuesto a la residencia. La medida fue adoptada ante la necesidad de aliviar la carga del presupuesto familiar seriamente afectado por el aumento de los precios de la electricidad, el gas y los alimentos.
Al mismo tiempo, se mantendrá hasta diciembre el sistema de subsidios para los mayoristas de petróleo con el fin de contener el alza de la gasolina. «Hemos reducido el precio de la gasolina de más de 200 yenes por litro a alrededor de 170 yenes», manifestó Kishida.
Por su parte, los gobiernos locales también están facultados para aplicar o aumentar temporalmente subsidios de revitalización regional que beneficien a los necesitados. Se establecerán un fondo de 60o.000 millones de yenes adicionales al billón de yenes ya aprobado para aliviar el impacto del coronavirus entre los más pobres.
El primer ministro también se refirió a la reactivación de nueve centrales nucleares para este invierno. «El gobierno tomará la iniciativa para el reinicio de las plantas de energía nuclear que ya han sido aprobadas», dijo y ordenó al ministro de Economía, Comercio e Industria, Yasutoshi Nishimura, asegurar combustible adicional para hacer frente a cualquier circunstancia imprevista. (NI/AG/)
