Folofly, una start up de Kioto que ensambla en China una camioneta eléctrica rendidora

Camioneta eléctrica de Folofly

Las camionetas eléctricas desarrolladas por Folofly, una startup de vehículos eléctricos comerciales con sede en Kioto, que han sido ensambladas en China han demostrado en una prueba en Japón que pueden ahorrar hasta el 30% de los costos operativos, dijo el Nikkei.

El vehículo ha sido probado por SBS Holdings, una empresa de logística japonesa, que se apresta a renovar su flota de gasolineros por las unidades eléctricas.


Una camioneta eléctrica sencilla que puede viajar alrededor de 200 kilómetros con una carga es tan eficiente como un vehículo a gasolina en términos de actividad operativa, pero además ofrece ahorros de costos significativos, informó la compañía.

Desde el otoño pasado, SBS ha estado probando una pequeña camioneta eléctrica fabricada en China para evaluar su idoneidad para las entregas de «última milla», es decir un viaje final para entregar el producto desde el almacén hasta la puerta del cliente.

En la prueba, el vehículo recorrió Tokio con 500 kilogramos de agua mientras se detenía y arrancaba 70 veces al día. El vehículo se probó en varias condiciones difíciles, incluida la conducción cuesta arriba con el aire acondicionado funcionando.


El panel de control del Folofly

Los resultados de la prueba mostraron claramente que la furgoneta es apta para su uso en Japón. La autonomía media por carga era de unos 200 km, menos que la cifra declarada de 300 km, pero suficiente para un día completo de funcionamiento con la entrega de más de 100 paquetes con una sola carga.

El vehículo de 3,8 millones de yenes (unos 28.170 dólares) también ha demostrado ser rentable. El costo total de comprarlo y operarlo durante cinco años, incluidos los costos de mantenimiento y carga, es alrededor de un 30% más bajo que el costo de un vehículo a gasolina.

Para mantener bajo el precio del vehículo, Folofly usó una batería de fosfato de hierro y litio (LFP), una tecnología de batería más antigua, económica y segura frente a las baterías de iones de litio que suelen usar los vehículos eléctricos.


La furgoneta se basa en un modelo con motor de gasolina fabricado y vendido en China, explicó el Nikkei.

La producción se subcontrató a un fabricante chino para mantener el precio del vehículo por debajo de los 4 millones de yenes. Habría costado al menos 10 millones de yenes si se hubiera desarrollado y fabricado en Japón, según Folofly.


Para reducir los costos, se omitieron algunas características comunes a los automóviles en Japón. Por ejemplo, no hay una configuración de «estacionamiento» en la palanca de cambios porque el vehículo no tiene freno de estacionamiento.

El enchufe de carga es de diseño europeo y el aire acondicionado no tiene termostato, solo modo frío o calor, aunque sí tiene un ventilador para controlar la fuerza del viento. (NI/RI/)


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