En medio de máximos históricos de infecciones en Japón y escasez de camas de hospital, un septuagenario con COVID-19 tuvo que esperar 35 horas y 47 minutos antes de que una institución médica pudiera aceptarlo.
La información, proporcionada por el Departamento de Bomberos de Tokio y publicada por Asahi Shimbun, indica que el tiempo de espera del paciente es el máximo registrado en la capital japonesa, superando el récord de 23 horas y 35 minutos reportado el verano pasado.
Al paciente se le detectó la enfermedad mientras estaba hospitalizado para tratarse una heridas en los pies.
Una vez descubierta la infección, se ordenó su traslado en ambulancia a otra institución médica para que también pudieran tratarlo por COVID-19.
La semana pasada, 780 personas fueron llevadas de urgencia a hospitales en Tokio, alrededor de seis veces más que a principios de julio.
De los 780 pacientes, 88 tuvieron que esperar cinco horas o más y 100 al menos tres horas. (International Press)