Unas 15 importantes fabricantes de autopartes de Japón enviarán de descanso obligado a sus empleados este mes debido al efecto de la escasez de semiconductores y la interrupción de la logística por el bloqueo de Shanghái por el COVID-19. La mayoría de estas empresas trabajan con Nissan y Toyota.
La producción de automóviles en Japón ha seguido disminuyendo y la cantidad de pedidos a las empresas de repuestos también ha caído en la misma proporción. Estas limitaciones prolongadas de la oferta ha comenzado a afectar el mercado laboral japonés.
Los empleados que deberán descansar obligados por la circunstancia mantendrán el contrato de trabajo con la empresa, mientras que el importe de las vacaciones pagadas se reducirá parcialmente, aunque por ley no será por debajo del 60% de sus salarios.
La industria automotriz es fundamental en la economía nacional porque representa el 20% del valor total de la industria manufacturera de Japón y con unas 700.000 personas trabajando en las empresas de repuestos.
Faltec, que se encarga de piezas para exteriores, mandará de licencia durante 3 días a sus 800 empleados, excepto a quienes trabajan en el departamento de diseño. Los trabajadores recibirán el 90% del salario durante el parón.
Tachi, otra importante compañía de asientos enviará de descanso durante 10 días a 50 empleados de su fábrica en Hiratsuka, Kanagawa.
Faltec y Tachi son abastecedores de Nissan y ya han sido obligados a descansar en algunos días de mayo.
La poderosa Calsonic Holdings, que vende piezas relacionadas a los asientos del conductor, también cerrará este 17 de junio tres plantas, incluida su oficina central y las bases de investigación.
El salario durante los días de descanso obligado será cubierto por el subsidio de ajuste al empleo que evita que las compañías despidan a sus empleados por la caída de la producción. (RI/NI/)
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