En septiembre de 2019, una niña de 11 años se suicidó en su casa en la prefectura de Osaka. La menor dejó una nota en la cual, entre otras cosas, escribió: “En la escuela me dijeron que me muriera”.
Casi tres años después, un comité de investigación independiente determinó que la niña era víctima de ijime (abuso) en el colegio y que fue una de las causas que la empujaron a quitarse la vida, informó Mainichi Shimbun.
La niña era estudiante de quinto grado de primaria de una escuela municipal en Osaka.
El comité detectó ocho casos de ijime contra ella por parte de compañeros de clase, como decirle que se muriera o la no devolución de dinero que había prestado a condiscípulos.
La aversión de la niña a la escuela no brotó en quinto grado. Cuando estaba entre el tercer y cuarto año escribió que el colegio no le parecía divertido. La situación empeoró en quinto grado con el ijime.
El informe, entregado el municipio de Osaka, invalida las investigaciones de la escuela y la junta educativa local, que concluyeron que no se había confirmado la existencia de abusos contra la menor.
El comité independiente criticó a la escuela por negligencia en su desempeño con respecto al caso. (International Press)
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