Keiko Aoki perdió a su hija de 11 años en un incendio que hubo en su casa de Osaka en 1995.
A la tragedia de la muerte de su niña, la policía de Osaka sumó otra: acusarla de haber asesinado a su propia hija.
Durante un interrogatorio ilegal, la policía forzó a Aoki a confesar que había matado a la chica.
La mujer fue absuelta en un juicio y decidió demandar al gobierno de la prefectura de Osaka, así como al gobierno de Japón por 145 millones de yenes (1,22 millones de dólares).
Esta semana, el Tribunal de Distrito de Osaka falló a favor de la mujer, ordenando al gobierno de Osaka que le pague una reparación de 12,2 millones de yenes (102 mil dólares), informa Mainichi Shimbun.
El tribunal subrayó la ilegalidad del interrogatorio y reconoció que la mujer había sido obligada a autoinculparse.
Sin embargo, desestimó la demanda de Aoki contra el gobierno de Japón, motivo por el cual la mujer, de 58 años, expresó su decepción y anunció que apelará el fallo ante el Tribunal Superior de Osaka.
La mujer no solo busca una reparación, sino también averiguar por qué fue acusada falsamente, para evitar que otras personas sufran lo mismo que ella en el futuro.
La policía de Osaka y los fiscales no han ofrecido disculpas a Aoki. (International Press)
