El número de crímenes sexuales en Japón que se reportan ante la policía cada año bordean los 6.000, una cifra que es solo la punta del iceberg.
Muchas personas no denuncian los ataques por miedo a una “segunda violación”, víctimas de los prejuicios, la incomprensión y las agresiones de la sociedad, de la policía e incluso de amigos y parientes.
Una estudiante de 19 años que sufrió la devastadora experiencia comparte su testimonio en entrevista a Mainichi Shimbun.
Entre 2019 y 2020, la joven fue atacada por su padrastro, la pareja de su madre.
Todo comenzó un día de verano en 2019 cuando el hombre, repentinamente, saltó sobre la chica, que estaba viendo televisión. El delincuente sexual la manoseó por todo el cuerpo mientras le decía: “Juguemos a la lucha libre”.
La mamá se estaba bañando en ese momento.
Otro día, mientras la madre estaba fuera de casa por trabajo, el hombre volvió a manosear a la joven.
La chica vivía aterrorizada por el hombre, intentando que no se enojara. Cuando se enfadaba, el delincuente golpeaba a la joven y a su madre.
En verano de 2020, el hombre rompió con la madre y dejó la casa. Libres del tipo, la joven y su mamá lo denunciaron ante la policía poco después. El agresor fue arrestado y acusado.
La pesadilla no terminó ahí. La chica tuvo que aguantar durante la investigación comentarios de la policía que la herían profundamente.
Un policía dijo, por ejemplo, que el delincuente sexual “no era un mal tipo”, saliendo en su defensa e insinuando que ella tenía la culpa de la situación.
Durante el juicio, el hombre se declaró inocente y trasladó la culpa a la chica.
Peor aún fue el ataque que provino de una persona amiga, quien una vez le preguntó “¿No crees que estás haciendo demasiado alboroto por el simple hecho de que te tocaran?”.
“Desearía que la sociedad fuera más comprensiva con las víctimas”, dice la joven.
La estudiante espera que las víctimas de violencia sexual no renuncien a denunciar a sus agresores. La realidad, sin embargo, es otra.
Spring, una asociación con sede en Tokio que apoya a las víctimas de agresiones sexuales, realizó en 2020 una encuesta según la cual más del 80 % de las 5.899 víctimas sondeadas no había denunciado el ataque ante la policía. El 30 % no había hablado del asunto con nadie, ni siquiera con parientes.
¿Qué se puede hacer para que las víctimas no desistan de hablar? No culparlas, como desgraciadamente suele ocurrir. Para que eso cambie, es importante, por ejemplo, que cambie la mentalidad de la policía.
Yukiko Sato, directora de Spring, alerta: “Nunca he conocido a una víctima de violencia sexual que no haya sufrido una segunda violación”. (International Press)