Coronavirus en Japón hace más pobres a los pobres y más ricos a los ricos

Supermercado en Japón (Walk in Japan / YouTube)

 

Cuando se habla de desigualdad, no se suele pensar en Japón, un país considerado como homogéneo y en el que la mayoría de sus habitantes se percibe de clase media.


Sin embargo, como en el resto del mundo, la pandemia de coronavirus ha profundizado la desigualdad de su población, según un estudio de la firma Mizuho Research & Technologies, publicado por la NHK.

La investigación revela que las familias con un ingreso anual por debajo de 3 millones de yenes (25 800 dólares) son las que más han sufrido por la pandemia.

Estas familias están percibiendo menos ingresos que en 2019. En cambio, los hogares de ingresos medios o altos están ganando más.


A las familias de clase baja pertenecen, por ejemplo, trabajadores no regulares de negocios fuertemente golpeados por el coronavirus (restaurantes, hoteles, etc).

Las restricciones impuestas por las autoridades japonesas para mitigar la expansión del virus han forzado el cierre, suspensión o recorte de horarios de atención de establecimientos como bares y restaurantes.

La situación es distinta en los hogares cuyos miembros trabajan en las industrias automotriz, electrónica y tecnológica, que el año pasado recibieron bonificaciones mucho mayores que en 2020 y 2019.


En 2021, las familias con un ingreso anual de entre 6 millones y 7 millones de yenes (51 700 y 60 400 dólares) disfrutaron de un incremento de sus entradas con respecto a 2019, mientras que el aumento fue mucho mayor en los hogares que perciben más de 10 millones de yenes (86 000 dólares) al año.

La inflación es otro mazazo contra la economía de los hogares de estratos bajos. Suben los precios de productos básicos (harina, café, salsa de soya, etc.) y se espera que en marzo las tarifas de luz alcancen su punto más alto en cinco años, advierte la NHK.


Para tener una idea más precisa de cuánto afecta esto a las familias más vulnerables, la economista Yuriko Shimanaka, autora de la investigación, dice que la carga de la inflación para los hogares de bajos ingresos “se espera que sea tan pesada como un aumento del impuesto al consumo del 2 %”.

La ampliación de la desigualdad en los ingresos repercute en la educación. Mayor desigualdad económica, mayor desigualdad educativa.

En 2021, las familias de bajos ingresos recortaron el gasto educativo en un 15,1 % con respecto a 2019. En el extremo opuesto, las familias de mayores ingresos aumentaron el gasto educativo en un 4,8 %.

Con menores oportunidades educativas, a los niños y jóvenes criados en hogares de estratos bajos les resultará más difícil salir de la pobreza y la precariedad, agravando la desigualdad. (International Press)

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