Estados Unidos impondrá medidas más estrictas contra el COVID-19 en sus bases miliares en Japón, según una declaración conjunta ente ambos países hecha pública ayer en medio del aumento de infecciones cuyo inicio fue atribuido a los miliares norteamericanos que llegaron al país sin ningún control fronterizo.
Desde hoy y durante dos semanas, el movimiento del personal militar estadounidense fuera de las bases estará restringido a actividades esenciales.
Denny Tamaki, gobernador de Okinawa, dijo hace unos días que estaba “furioso” por los controles sanitarios inadecuados en las bases EEUU que permitieron que la variante Ómicron se extendiera entre la ciudadanía.
“Estados Unidos y Japón están comprometidos a trabajar juntos para proteger la salud del pueblo japonés y de los miembros del servicio estadounidense”, expresó el comunicado.
Antes de este pronunciamiento, los ministros de Relaciones Exteriores y Defensa de ambos países sostuvieron una videoconferencia el viernes en la que el ministro Yoshimasa Hayashi, dijo que la ansiedad se estaba extendiendo entre residentes locales por el aumento de contagios en las bases norteamericanas y pidió la rápida aplicación de medidas de control.
A finales de noviembre del año pasado, el gobierno japonés detuvo la entrada de casi todos los viajeros extranjeros e impuso fuertes medidas para permitir el ingreso al país, pero EEUU logró que sus tropas quedaran fuera de este régimen y estableció su propio sistema, el mismo que a final de cuentas no dio resultado. (IP/AG/RI/)
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