La “soledad” del coronavirus, que se da sobre todo entre personas con 40 y 50 años de edad, se está volviendo más aguda que en otras generaciones. Con la expansión del teletrabajo y las pocas oportunidades de los encuentros cara a cara, el fenómeno se ha agravado.
Se estima que la pérdida económica debido a la soledad es de unos 43.000 millones de dólares al año en Reino Unido, un impacto en la productividad que no puede pasarse por alto y que exige medidas públicas y privadas sin ninguna duda, dice el Nikkei.
En Japón, el Instituto de Investigación sobre Salud y Longevidad del Centro Médico Metropolitano de Tokio hizo una encuesta nacional sobre el efecto de la pandemia en la soledad entre unas 30.000 personas, hombre y mujeres de 15 a 79 años. El estudio se hizo vía Internet entre agosto y septiembre de 2020 y septiembre y octubre de 2021.
Hubo consultas como estas para medir el sentimiento de soledad: “Siento que no tengo relación con la gente” o “Me siento alejado de todos”. También se indagó sobre la existencia y frecuencia de la interacción con compañeros y conocidos por teléfono o correo electrónico para determinar el estado de aislamiento social.
En promedio, entre personas de todas las edades, un 18,8% dijo en la encuesta en 2020 que se sentía ”muy sola” y un 27,9% se consideró “socialmente aislada”. Este año, el sentimiento de aislamiento social mejoró en unos 5 puntos hasta el 22,7%, pero la soledad subió en tres puntos para llegar a 21,5%.
Por generaciones, la sensación de soledad entre las personas veinteañeras mejoró significativamente en 2021. Las personas más jóvenes tienden a sentirse más solas debido a su alta sensibilidad, y es lo que ocurrió más en 2020.
Hiroshi Murayama del Instituto de Investigación sobre Salud y Longevidad, dijo que “el estrés por las dificultades en la comunicación empresarial está erosionando gradualmente la mentalidad de los trabajadores”.
LA EROSIÓN DE LA MENTALIDAD
Por otro lado, el deterioro entre las personas de 40 y 50 años es más notorio. La sensación de soledad fue de 25,7% y 25,3% respectivamente, un aumento de casi 10 puntos respecto a la encuesta de 2020. Por género, aproximadamente del 21% de los hombres y el 30% de las mujeres se sintieron más solos.
Casi el 80% de los encuestados entre los 40 y 50 años está trabajando. Hiroshi Murayama, subdirector de investigación del Instituto, dijo que “el estrés por las dificultades en la comunicación empresarial está erosionando gradualmente la mentalidad de los trabajadores”:
“Si no puedes ver la expresión facial de la otra persona, una pequeña palabra te traspasará el corazón”, sostuvo Murayama. Este efecto de la carga mental se notó en hombres de 50 años que laboran para empresas comerciales en Tokio, donde hacen teletrabajo desde el principio de la pandemia. A veces deben participar hasta en ocho reuniones virtuales en un día. “Las formas están conectadas, pero no los corazones”, comentó el investigador.
La ayuda médica que llega desde la empresa aún no está dando resultado. Los empleados recelan de ir a una consulta sobre salud mental con el médico de la empresa porque se teme que haya una filtración de su condición y que su posición en el trabajo se vea afectada.
Japón quiere comprender el sentimiento de la soledad y el estado de participación social de sus ciudadanos para desarrollar políticas que colaboren con una mejor salud mental de la población
EL MINISTERIO DE LA SOLEDAD
En 2020, Reino Unido creó el Ministerio de la Soledad, la primera experiencia de su tipo en el mundo para estudiar y aplicar soluciones al problema de la soledad. En Europa y EEUU se avanza en la creación del “tercer lugar”, un espacio distinto al hogar y el centro de trabajo donde no se acumule el estrés.
En febrero de este año, Japón siguió los pasos de Reino Unido y estableció el cargo de Ministro de la Soledad. El paso fue iniciar una encuesta entre 20.000 personas mayores de 16 años en todo el país, cuyos resultados se anunciarán en marzo de 2022.
El gobierno japonés quiere comprender el sentimiento de la soledad y el estado de participación social de sus ciudadanos para desarrollar políticas que colaboren con una mejor salud mental de la población en tiempos de pandemia.
Como antecedente se tiene la encuesta publicada en 2005 por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en la que Japón ocupó el primer lugar entre los países desarrollados con un 15,3% que dijo que “casi nunca se relaciona” con amigos, colegas o personas de otras comunidades. A partir de ese reporte, se ha solicitado al gobierno japonés crear un mecanismo para fomentar las conexiones entre personas ajenas a la empresa a la que pertecen. (RI/NI/PJ/)
