Sin el paso de misiles balísticos y con mucha presencia de milicias armadas Corea del Norte realizó un inusual desfile militar celebrado hasta antes del amanecer de ayer 9 de septiembre con la presencia del líder de la nación, Kim Jong-un, que lució más delgado, quizá entre 10 y 20 kilos menos de peso.
La Televisión Central de Corea del Norte transmitió una grabación del desfile que comenzó a la medianoche en la plaza Kim Il Sung en Pyongyang.
Según informes de los medios, el desfile contó con la presencia de la Guardia Roja Obrero-Campesina, una organización miliciana integrada por fuerzas de reserva, y la Fuerza de Seguridad Social, que se encarga de la seguridad fronteriza. Además de las armas convencionales, como los cañones de cohetes tirados por tractores, también aparecieron unidades de motocicletas y líneas de camiones de bomberos.
El Ejército Popular de Corea, la fuerza militar regular, no participaron en la marcha que los medios norcoreanos calificaron como un «desfile armado civil y seguro».
El secretario del Partido de los Trabajadores de Corea, Ri Il-hwan, pronunció un discurso diciendo: «El poder de la unidad superará las dificultades actuales».
A diferencia del desfile militar de enero de este año, que lució sus fuerzas armadas para mostrarse al mundo, el objetivo de ahora parece haber sido buscar la cohesión interna debido al deterioro de la situación económica y la escasez de alimentos. Aunque la parada militar fue realizada en conmemoración del Día de la Fundación Nacional no es un hito que suele celebrarse así, por lo que los analistas consideran que es un desfile es inusual.
Es la primera vez desde septiembre de 2013 que se lleva a cabo un desfile encabezado por organizaciones de milicias bajo el régimen de Kim Jong-un. (AG)
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