La economía japonesa creció más rápido de lo estimado inicialmente en el trimestre abril-junio impulsada por un sólido gasto de capital, dijeron datos oficiales publicados hoy. No obstante, el COVID-19 sigue afectando el consumo del sector de servicios y nublando las perspectivas.
La Oficina del Gabinete dijo que el producto interno bruto (PIB) creció un 1,9% anualizado en abril-junio, superando el pronóstico medio de los economistas de un aumento del 1,6% y la estimación inicial de una expansión del 1,3%.
La revisión al alza fue causada por un firme gasto empresarial y la producción fabril que compensó la débil actividad del sector de servicios.
Aún así, la recuperación económica de Japón sigue siendo frágil debido a la lentitud de las vacunas COVID-19 y a que las restricciones pandémicas obstaculizan la actividad del sector privado, dicen algunos analistas. El crecimiento de 1,9% de abril a junio no es suficiente para hacer retroceder la caída de casi 4% en enero-marzo.
Los datos se conocen un día después de confirmarse que el gasto familiar de julio fue más débil de lo esperado a causa de la expansión del COVID-19.
«La recuperación de Japón está a la zaga de otras economías desarrolladas. Como tal, la recuperación completa de la economía debe esperar al menos hasta principios del próximo año», dijo a la agencia Reuters Takeshi Minami, economista jefe del Instituto de Investigación Norinchukin.
Pero Japón tienen más preocupaciones. Aún está lidiando con la escasez mundial de chips que han afectado la producción y ventas de sus automóviles, mientras que surgen señales de una desaceleración económica de China, uno de sus principales mercados. (AG)
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