En Japón son comunes las estafas telefónicas a ancianos. Delincuentes llaman a personas mayores y se hacen pasar por sus hijos u otros familiares, parientes en apuros que necesitan con urgencia dinero.
Algunas víctimas, cuando reciben la llamada del estafador que dice ser su hijo, cometen un error: revelar el nombre del hijo. El ladrón, alerta, le sigue la corriente y el anciano cae en la trampa.
La semana pasada, una septuagenaria que reside en Tokio recibió la llamada de un hombre que aseguró ser su hijo y que necesitaba dinero.
La mujer accedió a ayudarlo y el sujeto le dijo que enviaría a un colega a su casa para recoger el dinero.
Cuando el “colega”, identificado como Toshihiko Nishibayashi (20), llegó a la vivienda de la anciana, fue arrestado por la policía, revela Japan Today.
El delincuente había caído en la emboscada de la mujer.
Durante la comunicación telefónica con el cómplice que fingía ser su hijo, la anciana lo llamó adrede por el nombre de su esposo, pero el ladrón no advirtió la “jugada” de la mujer.
Después de hablar por teléfono con el estafador, la anciana llamó a la policía.
La septuagenaria estaba preparada, con la asesoría de su familia, para actuar en caso de recibir una llamada telefónica sospechosa. (International Press)
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