Masamichi Tamai, un japonés de 69 años, tenía entradas para cinco eventos de los Juegos Olímpicos de Tokio, entre ellos de atletismo y tenis.
Tamai asistió los Juegos Olímpicos de Invierno de 1998 en Nagano y ansiaba revivir la experiencia olímpica. La decisión de las autoridades japonesa de no permitir espectadores en las competiciones deportivas debido al aumento de casos de coronavirus es un mazazo para él.
«Estoy muy decepcionado», dice a Kyodo. «En retrospectiva, lo hicieron todo mal. Creo que podríamos haberlo aplazado un año más», agrega.
Tokio estará bajo de estado de emergencia entre el lunes 12 de julio y el 22 de agosto, abarcando el periodo de duración de los Juegos (23 de julio-8 de agosto).
Por su parte, Kyoko Ishikawa, una mujer de 51 años que dirige una empresa de tecnologías de la información, también está decepcionada. La japonesa había conseguido una entrada para una competencia de lucha libre en la segunda ronda de sorteos.
La ausencia de público en las sedes de las competiciones olímpicas también es un golpe para los patrocinadores de los Juegos.
La empresa de servicios de viajes KNT-CT Holdings hace hincapié en que firmaron un contrato como patrocinadores partiendo de la premisa de que habría espectadores. Que no los haya los toma por sorpresa y acarrearía pérdidas para la compañía.
No obstante, con resignación afirman: «No tenemos más opción que obedecer la decisión y contribuir a que los Juegos sean seguros». (International Press)
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