A fines de 2019, Carlos Ghosn, expresidente de Nissan, huyó de Japón, donde estaba con la movilidad restringida a la espera de un juicio por irregularidades financieras, escondido en una caja en un avión privado.
Ghosn salió del Aeropuerto Internacional de Kansai con destino a Líbano, sin ser detectado por las autoridades japonesas, gracias a dos estadounidenses, el exmilitar Michael Taylor y su hijo Peter.
Los Taylor están siendo enjuiciados en un tribunal de Tokio, donde se declararon culpables.
El padre expresó su arrepentimiento en el tribunal y se inclinó profundamente ante los tres jueces en señal de disculpa.
“Lamento profundamente mis acciones y me disculpo sinceramente por causar dificultades al sistema judicial y al pueblo japonés”, dijo con voz temblorosa, según Asahi Shimbun.
Taylor dijo que Ghosn debería haberse quedado en Japón para enfrentar su juicio.
La cuñada de la esposa de Michael Taylor es prima de Ghosn. Ella fue la intermediaria entre ambas partes.
Los Taylor recibieron 1,8 millones de dólares por sus servicios, reveló la fiscalía.
El estadounidense pidió que le permitieran regresar a Estados Unidos para ver a su padre discapacitado. Michael y Peter Taylor, sin embargo, enfrentan una posible condena de tres años de prisión.
Los Taylor fueron extraditados a Japón desde Estados Unidos en marzo. (International Press)
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