El 11 de diciembre, una mujer llamó a la policía de Osaka para informar de que no podía ponerse en contacto con su hermana de 68 años.
La policía fue al apartamento de la mujer y halló su cuerpo y el de su hija, de 42 años. Ambas habían muerto de hambre. Sus estómagos estaban vacíos. En su refrigeradora no había nada. Les habían cortado el agua y no tenían gas. La madre pesaba unos 30 kilos.
Habían muerto varios meses atrás. En la cartera de la hija la policía encontró solo 13 yenes (0,12 dólares), revela Mainichi Shimbun.
¿Cómo llevaban varios meses muertas sin que nadie lo supiera?
Madre e hija vivieron en el edificio de apartamentos durante unos diez años.
Mainichi entrevistó a vecinos que recuerdan que veían a ambas haciendo compras juntas y que parecían llevarse bien.
Una vecina de 73 años cuenta que las dos siempre estaban bien vestidas y que no parecían estar en problemas. La anciana se pregunta cómo pudieron llegar a la situación extrema de morir de hambre.
La madre era una mujer activa. Una vecina dice que fue líder de una asociación comunitaria local, que era muy educada y que jamás habló mal de nadie.
Sus penurias habrían comenzado durante la última primavera. La hija tenía un trabajo, pero renunció por un problema.
Ambas contaron que tenían dificultades para cubrir sus gastos básicos y que recibían apoyo económico de parientes.
A mediados del mes pasado les cortaron el agua por falta de pago.
Desde el verano se las dejó de ver casi por completo en el barrio.
Madre e hija nunca recibieron asistencia pública.
El hecho de que su desaparición hubiera pasado desapercibida durante meses llama la atención. Un vecino septuagenario dice que los lazos comunitarios en el barrio se han debilitado. “Es realmente muy triste que algo así haya sucedido aquí», lamenta. (International Press)
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