Cuando gran parte del mundo comenzó a confinarse en marzo para contener la expansión del coronavirus, diciembre quedaba lejos, muy lejos, y con cándido optimismo creíamos que llegaríamos a fin de año libres del virus, que todo volvería a ser como antes.
La realidad es que esta será una Navidad triste, con muchas familias que han perdido seres queridos o que no podrán reunirse con sus parientes para prevenir contagios. Celebrar el advenimiento del nuevo año tampoco asoma en el horizonte.
En Japón, que está atravesando por una tercera ola según los expertos, no es tiempo de celebraciones y el 87,8 % de compañías japonesas ha decidido cancelar sus habituales fiestas de fin de año para los trabajadores.
En el caso de las grandes empresas, la proporción sube a 92,9 %, según una encuesta realizada por una firma de investigación a más de 10 mil compañías, informó la NHK.
La prefectura con el mayor porcentaje de empresas que no celebrarán fiestas de fin de año es Hokkaido, con 93 %.
En segundo y tercer puesto, figuran Osaka y Tokio, con 90,7 % y 90,3 %.
La noticia es un duro golpe para restaurantes y bares, que entre enero y octubre quebraron a un ritmo récord en Japón debido a las restricciones establecidas para frenar el virus. 730 cerraron definitivamente.
El jueves, por segundo día consecutivo, hubo más de 2.000 nuevos casos de coronavirus en Japón, barrera nunca cruzada antes. (International Press)
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