El calentamiento climático está provocando en los últimos años en Japón lluvias cada vez más letales y persistentes en el verano. En lo que va de julio las inundaciones y deslizamientos han destruido más de 1.000 inmuebles y matado a 78 personas en todo el país, dijo el diario Nikkei.
El pasado 4 de julio, la ciudad de Ashikita, en la prefectura de Kumamoto, fue golpeada por una lluvia torrencial que “ocurre una vez en 50 o 100 año”, según el Instituto Nacional de Investigación para Ciencia de la Tierra y Desastres (NIED por sus siglas en inglés).
Algunas ciudades de la región del sudeste del país soportaron una precipitación todo un mes durante la noche.
En 2019, los tifones en octubre desencadenaron una potente lluvia que normalmente ocurre solo una vez en “más de 100 años” en varias partes de las prefecturas de Nagano, Fukushima y Miyagi, dijo la NIED.
La isla de Kyushu, la más afectada por los aguaceros de este año, sufrió por inundaciones hace solo tres años que dejaron 42 personas muertas o desaparecidas. En julio de 2018 hubo inundaciones generalizadas en el sur de Japón.
La Agencia Meteorológica de Japón mostró datos de aguaceros cada vez más frecuentes. Entre 2010 y 2019, las lluvias superiores a 50mm por hora ocurrieron en promedio 327 veces al año en comparación con las 226 veces entre 1976 y 1985. Es un aumento del 40%.
Las precipitaciones extremas de más de 400 mm por día, que pueden causar deslizamientos de tierra e inundaciones graves, aumentaron en 170% en los últimos 10 años.
Citado por el Nikkei, Fumiki Fujibe, profesor de la Universidad Metropolitana de Tokio, dijo que es probable que la tendencia continúa porque “el mayor calentamiento global conducirá una mayor incidencia de fuertes lluvias” porque las altas temperaturas colocan más vapor de agua en la atmósfera.
Japón no es el único país con riesgo de mayores inundaciones. Casi toda Asia enfrenta el mismo problema. En 2016, las inundaciones causaron en China 310 muertes y US$14.000 millones en pérdidas.
En 2017, las inundaciones en India Bangladesh y Nepal mataron a al menos 1.200 personas.
Entre tanto, el COVID-19 está significando un gran desafío adicional como ha ocurrido este mes en Kyushu, donde hubo escasez de centros de evacuación. Se suma la dificultad de encontrar refugios seguros que eviten el contagio por coronavirus entre los evacuados.
Esta vez en Kumamoto, un miembro del personal de rescate que trabajó en dos sitios de evacuación dio positivo por COVID-19. Unas 400 personas pudieron estar en contacto con esta persona, lo que ha exigido a realizar pruebas de PCR y desinfección de los locales de refugio. (Resumen International Press)
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