Se multiplican las quejas por mascarillas defectuosas que empezaron a ser distribuidas por el gobierno japonés a razón de dos piezas por hogar con un millonario costo de 466 millones de dólares.
El pasado 18 de abril, cuatro días después del primer envío a embarazadas y escuelas, el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social reconoció haber recibido 1.901 quejas sobre la calidad de las mascarillas.
Hoy se supo que los nuevos reclamos llegaron a 6.700 entre los hogares que recibieron las mascarillas en varias partes de Tokio y Osaka. Se informó de mascarillas sucias, con olor extraño, moho, cabellos y polvo.
Aunque los nombres de las fabricantes de las mascarillas no han sido revelados, los funcionarios del gobierno dijeron que se contrataron los servicios de cinco proveedores nacionales, además de empresas de China, Vietnam y Myanmar.
En Osaka, los gobiernos locales confirmaron al diario Mainichi que la gasa de las mascarillas estaban amarillentas, percudidas y mezcladas con polvo.
Se supo de unas 200 quejas de mascarillas que contenían “materiales extraños”.
Pese a la ola de críticas y casos de productos defectuosos, voceros del Ministerio de Salud dijeron que no se considera suspender la distribución de las mascarillas como han solicitado varios sectores de la sociedad japonesa.
Las autoridades del gobierno central han vuelto a pedir a los municipios su cooperación para detectar mascarillas con problemas para cambiarlas. (International Press)
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