Desde el miércoles están prohibidas todas las reuniones sociales en Singapur, incluyendo a aquellas que se realizan en casas, para limitar la transmisión comunitaria del coronavirus.
El ministro de Salud, Gan Kim Yong, remarcó que no se puede celebrar ningún tipo de reunión, al margen de la cantidad de gente, tanto en espacios públicos como en privados, informó Kyodo.
Eso significa que los parientes o amigos que no viven juntos no pueden reunirse bajo ninguna circunstancia, ni en la calle ni en una casa. Solo pueden estar juntas en una vivienda las personas que viven en ella.
La violación de la ley será castigada con multas y penas de cárcel.
La nueva restricción endurece las medidas adoptadas a fines del mes pasado, que prohibían las reuniones de más de 10 personas fuera del trabajo y la escuela, y establecía una distancia de un metro entre una persona y otra.
Los infractores podían recibir una multa de hasta el equivalente a 7.000 dólares o seis meses de prisión (o ambas sanciones).
Singapur inició esta semana una cuarentena parcial de un mes. Las escuelas y universidades, así como los negocios no esenciales, están cerrados.
El país asiático decidió radicalizar sus restricciones debido al aumento de casos de contagio local. Singapur registra hasta el momento 1.623 casos y seis muertes. (International Press)
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