El domingo en Tokio fue atípico. Por primera vez en 32 años, el centro de la capital japonesa registró una acumulación de nieve de un centímetro o más para fines de marzo.
Pero no solo fue anormal por el clima, sino también por la quietud en las normalmente bulliciosas calles tokiotas. No hubo multitudes en las zonas comerciales y turísticas de Tokio el domingo, revela Kyodo.
Fue una imagen de contraste con lo observado el sábado en el cruce de Shibuya, en calles de Yoyogi y en la estación de tren de Shinjuku. Hubo mucha gente movilizándose.
Al menos el domingo, la mayoría de residentes acató la petición realizada por la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, que pidió a la gente que se quede en sus casas el fin de semana con el fin de evitar la propagación del coronavirus en la ciudad.
Akihabara, epicentro de la cultura popular japonesa, vivió un domingo tranquilo. Un joven que trabaja en el popular distrito tokiota declaró a Kyodo que el tráfico peotonal se redujo en alrededor de 80 % con respecto a un domingo habitual.
La Torre de Tokio, un reconocido destino turístico, operó parcialmente con un horario recortado y recibió pocas visitas.
Muchos cines y tiendas departamentales no abrieron el domingo. (International Press)
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